Fray José Souto O.S.A. (Párroco de Nuestra Señora de la
Consolación. Móstoles)
En el marco de intencionalidad del
Año de la Fe, un cordial saludo agustiniano.
CONTEXTO ECLESIAL Y PARROQUIAL:
La Iglesia universal, convocada por
el Papa Benedicto XVI, está centrada en la reflexión sobre la fe: cómo creemos
y en qué creemos. A esta reflexión vital para todo cristiano, une nuestra
diócesis la preparación a la Gran Misión, con motivo de los veinticinco años del
Obispado de Getafe.
Nuestra comunidad parroquial, en
consonancia con el sentir eclesial ha elaborado en este sentido los objetivos,
actividades y prioridades del curso pastoral, que recogemos en este comunicado.
El Consejo Pastoral encomendó a
varios de sus miembros, constituidos en comisión, la elaboración de los
objetivos para el Año de la Fe. La
propuesta de la comisión fue presentada al Consejo, y estudiada por este. Tras
las deliberaciones oportunas, se aprobó y se decidió ofrecerlo a la comunidad
por cuentos medios se consideren oportunos. Aquí lo hacemos a través de este
comunicado.
OBJETIVOS
PARROQUIALES CURSO 2012-2013
Presentación
«La puerta
de la fe» (cf. Hch
14, 27), que introduce en la vida de comunión con Dios y permite la
entrada en su Iglesia, está siempre abierta para nosotros. Se cruza ese umbral
cuando la Palabra de Dios se anuncia y el corazón se deja plasmar por la gracia
que transforma.
Atravesar esa puerta supone emprender un camino que dura toda la vida. Éste
empieza con el bautismo (cf. Rm 6, 4), con el que podemos llamar a Dios
con el nombre de Padre, y se concluye con el paso de la muerte a la vida
eterna, fruto de la resurrección del Señor Jesús que, con el don del Espíritu
Santo, ha querido unir en su misma gloria a cuantos creen en él (cf. Jn 17, 22).
Profesar
la fe en la Trinidad –Padre, Hijo y Espíritu Santo– equivale a creer en un solo
Dios que es Amor (cf. 1 Jn
4, 8): el Padre, que
en la plenitud de los tiempos envió a su Hijo para nuestra salvación; Jesucristo, que en el misterio de su
muerte y resurrección redimió al mundo; el Espíritu
Santo, que guía a la Iglesia a través de los siglos en la espera del
retorno glorioso del Señor”. (Benedicto
XVI, Porta fidei, 1.)
Objetivo
General
Celebración
y vivencia profunda del “Año de la fe”.
Año de la fe,
cuya finalidad es, según el deseo expreso de Benedicto XVI, la “renovación de la fe de cada creyente y de
toda la iglesia”. Promover y promocionar este objetivo a todos los niveles
parroquiales, y transmitirlo sirviéndonos de todos los medios a nuestro
alcance.
Esta celebración y vivencia la
hacemos y compartimos:
·
Con toda la iglesia universal: El Papa ha convocado esta efeméride con motivo del 50
aniversario de la inauguración del Concilio Ecuménico Vaticano II y del 20 aniversario de la promulgación del Catecismo de la Iglesia Católica.
·
Y con nuestra iglesia diocesana: Nuestro obispo lo ha hecho mediante el documento “Llenos de amor por el hombre. Con la
antorcha de Cristo en la mano. Gran misión diocesana”, con motivo de la
preparación del 25 aniversario de la creación de la diócesis de Getafe.
Objetivos
Específicos: (Pilares de nuestra creencia)
1.
Profundizar
en la fe que creemos: (Credo)
·
Contenidos de la fe: el Credo.
·
El acto de fe: la forma de creer, la
interiorización, la personalización de mi fe.
2.
La fe que
celebramos: (Sacramentos)
·
La Eucaristía: convertirla en centro
y motor de nuestra vida de fe.
·
Resto de los sacramentos: llenarlos
de significado y contenido.
·
La liturgia, en general: cuidarla y
mimarla como escaparate de nuestra vivencia.
3.
La fe que
vivimos: (Mandamientos)
·
Santificación personal y
comunitaria: convertirla en espejo de cara al interior de la parroquia y de la
Iglesia.
·
Testimonio: constituirnos en
testigos de cara al interior y al exterior.
4.
La fe que
oramos:
·
Lectura y profundización de los
Evangelios, de la Palabra: continuar y avanzar en la tarea ya iniciada
·
Estudio de la tradición cristiana y
de la iglesia: promocionar esta actividad entre los grupos
·
Oración personal y comunitaria:
promocionar y formar en ambas a toda la comunidad mediante talleres de oración.
5.
La fe con
obras:
·
San Pablo
nos recuerda: «Ahora subsisten la fe, la
esperanza y la caridad, estas tres. Pero la mayor de ellas es la caridad» (1 Co 13, 13).
·
El apóstol Santiago va más allá: «¿De
qué le sirve a uno, hermanos míos, decir que tiene fe, si no tiene obras?
¿Podrá acaso salvarlo esa fe? Si un hermano o una hermana andan desnudos y
faltos de alimento diario y alguno de vosotros les dice: “Id en paz, abrigaos y
saciaos”, pero no les da lo necesario para el cuerpo, ¿de qué sirve? Así es
también la fe: si no se tienen obras, está muerta por dentro. Pero alguno dirá:
“Tú tienes fe y yo tengo obras, muéstrame esa fe tuya sin las obras, y yo con
mis obras te mostraré la fe”» (St 2,
14-18).
·
Dice Mateo: «Cada vez que lo
hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis»
(Mt 25, 40)
“La fe sin la caridad no da fruto, y la caridad sin fe sería
un sentimiento constantemente a merced de la duda. La fe y el amor se necesitan
mutuamente, de modo que una permite a la otra seguir su camino… Es la fe la que
nos permite reconocer a Cristo, y es su mismo amor el que impulsa a socorrerlo
cada vez que se hace nuestro prójimo en el camino de la vida”. (Benedicto XVI, Porta fidei, 14.)
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