28 noviembre 2012

Objetivos parroquiales para el año de la fe


Fray José Souto O.S.A. (Párroco de Nuestra Señora de la Consolación. Móstoles)

En el marco de intencionalidad del Año de la Fe, un cordial saludo agustiniano.

CONTEXTO ECLESIAL Y PARROQUIAL:

La Iglesia universal, convocada por el Papa Benedicto XVI, está centrada en la reflexión sobre la fe: cómo creemos y en qué creemos. A esta reflexión vital para todo cristiano, une nuestra diócesis la preparación a la Gran Misión, con motivo de los veinticinco años del Obispado de Getafe.

Nuestra comunidad parroquial, en consonancia con el sentir eclesial ha elaborado en este sentido los objetivos, actividades y prioridades del curso pastoral, que recogemos en este comunicado.

El Consejo Pastoral encomendó a varios de sus miembros, constituidos en comisión, la elaboración de los objetivos para el Año de la Fe. La propuesta de la comisión fue presentada al Consejo, y estudiada por este. Tras las deliberaciones oportunas, se aprobó y se decidió ofrecerlo a la comunidad por cuentos medios se consideren oportunos. Aquí lo hacemos a través de este comunicado.

OBJETIVOS PARROQUIALES CURSO 2012-2013

Presentación

«La puerta de la fe» (cf. Hch 14, 27), que introduce en la vida de comunión con Dios y permite la entrada en su Iglesia, está siempre abierta para nosotros. Se cruza ese umbral cuando la Palabra de Dios se anuncia y el corazón se deja plasmar por la gracia que transforma.

Atravesar esa puerta supone emprender un camino que dura toda la vida. Éste empieza con el bautismo (cf. Rm 6, 4), con el que podemos llamar a Dios con el nombre de Padre, y se concluye con el paso de la muerte a la vida eterna, fruto de la resurrección del Señor Jesús que, con el don del Espíritu Santo, ha querido unir en su misma gloria a cuantos creen en él (cf. Jn 17, 22).

Profesar la fe en la Trinidad –Padre, Hijo y Espíritu Santo– equivale a creer en un solo Dios que es Amor (cf. 1 Jn 4, 8): el Padre, que en la plenitud de los tiempos envió a su Hijo para nuestra salvación; Jesucristo, que en el misterio de su muerte y resurrección redimió al mundo; el Espíritu Santo, que guía a la Iglesia a través de los siglos en la espera del retorno glorioso del Señor”. (Benedicto XVI, Porta fidei, 1.)

Objetivo General


Celebración y vivencia profunda del “Año de la fe”.
Año de la fe, cuya finalidad es, según el deseo expreso de Benedicto XVI, la “renovación de la fe de cada creyente y de toda la iglesia”. Promover y promocionar este objetivo a todos los niveles parroquiales, y transmitirlo sirviéndonos de todos los medios a nuestro alcance.

Esta celebración y vivencia la hacemos y compartimos:

·         Con toda la iglesia universal: El Papa ha convocado esta efeméride con motivo del 50 aniversario de la inauguración del Concilio Ecuménico Vaticano II y del 20 aniversario de la promulgación del Catecismo de la Iglesia Católica.

·         Y con nuestra iglesia diocesana: Nuestro obispo lo ha hecho mediante el documento “Llenos de amor por el hombre. Con la antorcha de Cristo en la mano. Gran misión diocesana”, con motivo de la preparación del 25 aniversario de la creación de la diócesis de Getafe.

Objetivos Específicos: (Pilares de nuestra creencia)

1.      Profundizar en la fe que creemos: (Credo)

·         Contenidos de la fe: el Credo.
·         El acto de fe: la forma de creer, la interiorización, la personalización de mi fe.

2.      La fe que celebramos: (Sacramentos)

·         La Eucaristía: convertirla en centro y motor de nuestra vida de fe.
·         Resto de los sacramentos: llenarlos de significado y contenido.
·         La liturgia, en general: cuidarla y mimarla como escaparate de nuestra vivencia.

3.      La fe que vivimos: (Mandamientos)

·         Santificación personal y comunitaria: convertirla en espejo de cara al interior de la parroquia y de la Iglesia.
·         Testimonio: constituirnos en testigos de cara al interior y al exterior.

4.      La fe que oramos:

·         Lectura y profundización de los Evangelios, de la Palabra: continuar y avanzar en la tarea ya iniciada
·         Estudio de la tradición cristiana y de la iglesia: promocionar esta actividad entre los grupos
·         Oración personal y comunitaria: promocionar y formar en ambas a toda la comunidad mediante talleres de oración.
5.      La fe con obras:

·         San Pablo nos recuerda: «Ahora subsisten la fe, la esperanza y la caridad, estas tres. Pero la mayor de ellas es la caridad» (1 Co 13, 13).
·         El apóstol Santiago va más allá: «¿De qué le sirve a uno, hermanos míos, decir que tiene fe, si no tiene obras? ¿Podrá acaso salvarlo esa fe? Si un hermano o una hermana andan desnudos y faltos de alimento diario y alguno de vosotros les dice: “Id en paz, abrigaos y saciaos”, pero no les da lo necesario para el cuerpo, ¿de qué sirve? Así es también la fe: si no se tienen obras, está muerta por dentro. Pero alguno dirá: “Tú tienes fe y yo tengo obras, muéstrame esa fe tuya sin las obras, y yo con mis obras te mostraré la fe”» (St 2, 14-18).
·         Dice Mateo: «Cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis» (Mt 25, 40)

“La fe sin la caridad no da fruto, y la caridad sin fe sería un sentimiento constantemente a merced de la duda. La fe y el amor se necesitan mutuamente, de modo que una permite a la otra seguir su camino… Es la fe la que nos permite reconocer a Cristo, y es su mismo amor el que impulsa a socorrerlo cada vez que se hace nuestro prójimo en el camino de la vida”. (Benedicto XVI, Porta fidei, 14.)

            

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