P. Miguel Ángel Cadenas
P. Manolo Berjón
Sábado, 3 de noviembre de 2012, a las 7:00 a.m.,
topan insistentemente en la puerta. Salimos al balcón y quienes llaman tan
impetuosamente son dos policías desconocidos, no pertenecientes a la Comisaría local. Bajamos
a abrir la puerta y se presentan: “somos de la Policía de turismo y
protección del ambiente”. Tras el saludo respectivo sacan un documento firmado
el 27 de abril 2012 en Santa Rita de Castilla y quieren saber más del mismo.
“¿Dicho documento se ha elaborado
aquí?”. “Sí, por supuesto”.
“¿Han sido invitadas las
autoridades distritales?” “No. Estamos en el distrito de Parinari y Maypuco,
sede del distrito de Urarinas, está muy lejos de esta localidad. No han sido
invitadas las autoridades distritales de Urarinas puesto que este documento se
elaboró durante un taller de Presidentes Comunales en Santa Rita de Castilla,
bajo nuestra asesoría”. Ellos han elaborado el documento, nosotros lo hemos
transcrito en computadora y lo hemos regado en la ciudad.
“¿Algo más que añadir?”. “Sí,
desde el mes de abril hasta la fecha ha pasado demasiado tiempo. No han sido
muy veloces”. “Bueno, ustedes ya saben, la burocracia”.
©
Parroquia Santa Rita de Castilla, 2012
A la Policía de turismo y protección
del ambiente le había llegado el documento a través del Congreso de la República. Las
autoridades distritales de Urarinas decían desconocer dicho documento, pese a
habérseles entregado. Uno sólo tiene memoria para lo que quiere. Las
autoridades regionales también conocen el documento, pero todavía no han
llegado a la zona para preguntar, de aquí a 20 años llegarán. Es cuestión de
paciencia. En el documento se insiste en que los pueblos indígenas Kukama,
Urarina y Omurano del río Urituyacu, del distrito de Urarinas, provincia de
Loreto, no permitirán extraer madera de dicha cuenca. Piden la intervención del
Estado y de no hacerse caso afirman que tomarán medidas por su cuenta.
Las amenazas de muerte a algunos
dirigentes continuaron hasta que terminaron de extraer la madera. Por supuesto
que han sacado la madera cortada, pese a que el acuerdo indicaba que no se
haría. Mientras no haya una fuente económica que permita a la gente vivir con
dignidad la extracción de madera ilegal continuará. La impunidad que les ampara
a los madereros es otro incentivo a su favor.
Los policías estaban bajando de
una visita de inspección a la zona. No habían visto madera. “Señores, la madera
se saca cuando los ríos están crecidos, ahora no es posible sacar la madera”.
Con esta creciente de noviembre recién los madereros estarán implementando la
siguiente campaña.
En la comunidad nativa de Nueva
Alianza, boca del Urituyacu, y la comunidad nativa de Juan Velasco Alvarado, a
5 horas en peque peque de la boca, la gente les contaba a los policías que les
pagan S/. 20.00 por troza. Y el comentario de los policías: “los madereros
sacan hasta S/. 1,000.00 por troza”. Más arriba de Juan Velasco Alvarado hay 15
núcleos poblacionales pertenecientes a 12 comunidades nativas tituladas, donde
la extracción de madera es más dramática y donde no ha llegado la policía de
turismo y protección del medio ambiente. La misma denominación de esta policía
como “turismo y protección del medio ambiente” ya deja mucho que desear.
©
Parroquia Santa Rita de Castilla, 2012
En la reunión con la comunidad
nativa de Nueva Alianza la población dijo desconocer a los madereros, pero al
salir de la reunión una señora les indicó: “ellos son”. Mientras la gente
necesite la miseria que les dan los madereros para solventar necesidades
básicas no habrá posibilidades de evitar la extracción ilegal.
“Las comunidades pueden sacar un
permiso en Nauta, capital de la provincia de Loreto, para extraer madera legal
de su territorio comunal. Así conseguirán un mejor precio”, decían los
policías. Son las mismas madereras que inescrupulosamente peinan el monte las
que terminan comprando la madera que llega a Iquitos. Por supuesto, ellos ponen
el precio. Ir a la ciudad, bajar por el río con madera, aunque sea legal,
activa las papilas gustativas de policías de comisarías locales que se arriman
a ver lo que cae, negociar con los madereros… Hay muchas trabas de por medio
antes de encontrar una situación más simétrica. Aunque siempre es mejor
intentarlo.
“Mire, nosotros trabajamos en
Iquitos, le dejamos nuestro número telefónico para cualquier comunicación”. “Gracias,
se lo daremos a los presidentes comunales para que ellos puedan comunicarse con
ustedes”.
©
Parroquia Santa Rita de Castilla, 2012
Ágil, dinámico y eficaz, así
podemos catalogar al Estado peruano en la protección de su medio ambiente. He
aquí un ejemplo. Si se hubieran cumplido las amenazas de muerte, ¿quién hubiera
respondido? ¿Quién ha disfrutado el valor de esa madera?
“Si nos llaman, en 10 días
estaremos llegando al lugar de los hechos”, nos dijeron los policías mientras
se despedían. “Aló, llamamos desde…” (Hay muchas interferencias telefónicas,
apenas se puede escuchar…).
P. Miguel Angel Cadenas
P. Manolo Berjón
Parroquia Santa Rita de Castilla
Río Marañón
No hay comentarios:
Publicar un comentario