28 febrero 2015
27 febrero 2015
En los caminos de Dios
Javier R. Cinacchi
Saber que
hay alguien más allá del tiempo y la nada;
aun, tener
la certeza: te mira y fuerte ama.
Saber que
hay esperanza de encuentro;
aun al
atravesar aquellas puertas, que todos cruzarán.
Que no todo
termina cuando se termina,
porque
alguien puede milagros hacer, escucha;
y aun manda
se le pida para que el gozo sea,
completo en
Él, que vida puede dar.
Saber que el
buscador de la felicidad, la puede hallar;
aunque
enfermo y en el final se esté, se puede sanar;
la justicia
es posible, justa eternamente sea,
y todas las
lágrimas no estén, en gozo se conviertan.
Todo el
poder, el reino, y la gloria,
posee aquel
que tu amigo desea ser,
cada día
busca de tu mano ser la guía…
¡En la mejor
senda, los pies caminen!
Poesías de un Poeta Cristiano, libro I
26 febrero 2015
25 febrero 2015
Peregrina de la fe
“Así
también la Bienaventurada Virgen avanzó en la peregrinación de la fe y mantuvo
fielmente la unión con su Hijo hasta la Cruz, en donde, no sin designio divino,
se mantuvo de pie (cf. Jn, 19, 25), se condolió vehementemente con su Unigénito
y se asoció con corazón maternal a su sacrificio, consintiendo con amor en la
inmolación de la víctima engendrada por Ella misma, y, por fin, fue dada como
Madre al discípulo por el mismo Cristo Jesús, moribundo en la Cruz con estas
palabras: "¡Mujer, he ahí a tu hijo!" (Jn, 19,26-27)” (Lumen gentium,
58).
24 febrero 2015
Valores agustinianos (IV) Libre y responsable
San Agustín
La verdadera libertad no consiste en hacer lo que nos da la gana, sino enhacer lo que tenemos que hacer, porque nos da la gana. Serm. 344, 4
Una cosa es estar en la ley, y otra estar baho la ley. El que está en la ley, actúa según ella. El que está bajo la ley, es actuado por ella. El primero, por tanto, es libre. el segundo, un esclavo. In ps. 1,2
Acepta y reconoce tus fallos. Al tratar de justificarlos, oscureces más aún tu propia oscuridad. In ps. 138, 15
Los fallos ajenos, sea cual fuere su gravedad, son una pobre disculpa para disimular o justificar los propios. En el vano intento de hallar un patrón en la misma causa nos encontramos como un camarada en la misma miseria. Serm. 137, 7, 7
La verdadera libertad no consiste en hacer lo que nos da la gana, sino enhacer lo que tenemos que hacer, porque nos da la gana. Serm. 344, 4
Una cosa es estar en la ley, y otra estar baho la ley. El que está en la ley, actúa según ella. El que está bajo la ley, es actuado por ella. El primero, por tanto, es libre. el segundo, un esclavo. In ps. 1,2
Acepta y reconoce tus fallos. Al tratar de justificarlos, oscureces más aún tu propia oscuridad. In ps. 138, 15
Los fallos ajenos, sea cual fuere su gravedad, son una pobre disculpa para disimular o justificar los propios. En el vano intento de hallar un patrón en la misma causa nos encontramos como un camarada en la misma miseria. Serm. 137, 7, 7
23 febrero 2015
22 febrero 2015
Avisos parroquiales
- El miércoles 25, con motivo del año sobre la caridad,
tendremos una charla parroquial con el tema “Encender el corazón en el amor de
Cristo”, a cargo del P. José María Salado. Será a las 19:30 h, después de la
misa.
- El viernes 27 tendremos el Viacrucis a las 19:30 h. después
de la misa de la tarde.
- El sábado 28 tendremos el segundo retiro-convivencia para los evangelizadores de la Gran Misión. Pueden asistir cuantos deseen.
21 febrero 2015
Guíame, Señor, mi luz
Cardenal Newmann
Guíame,
Señor, mi luz,
en las
tinieblas que me rodean,
¡guíame
hacia delante!
La noche es
oscura y estoy lejos de casa:
¡Guíame tú!
¡Dirige Tú
mis pasos!
No te pido
ver claramente el horizonte lejano:
me basta con
avanzar un poco...
No siempre
he sido así,
no siempre
Te pedí que me guiases Tú.
Me gustaba
elegir yo mismo y organizar mi vida...
pero ahora,
¡guíame Tú!
Me gustaban
las luces deslumbrantes
y,
despreciando todo temor,
el orgullo
guiaba mi voluntad:
Señor, no
recuerdes los años pasados...
Durante
mucho tiempo tu paciencia me ha esperado:
sin duda, Tú
me guiarás por desiertos y pantanos,
por montes y
torrentes
hasta que la
noche dé paso al amanecer
y me sonría
al alba el rostro de Dios:
¡tu Rostro,
Señor!
20 febrero 2015
19 febrero 2015
Oración cuaresmal
Rabindranath Tagore
Mi oración, Dios mío, es esta:
Hiere, hiere la raíz de la miseria de mi corazón. Dame fuerza para llevar ligero mis alegrías y mis pesares. Dame fuerza para que mi amor dé frutos útiles. Dame fuerza para no renegar nunca del pobre, ni doblar la rodilla al poder del insolente. Dame fuerza para levantar mi pensamiento sobre la pequeñez cotidiana. Dame, en fin, fuerza para rendir mi fuerza, enamorada, a tu voluntad. |
18 febrero 2015
17 febrero 2015
16 febrero 2015
Encuentro Interparroquial de Agustinos, O.S.A. 2015
Carmen Sáez
El sábado pasado, 14 de febrero,
se celebró en Guadarrama, Madrid, en la Residencia Fray Luis de León, el encuentro interparroquial anual de agustinos, con asistencia de párrocos
y laicos pertenecientes a las distintas parroquias agustinianas.
La jornada se inició con la
acogida de los participantes, una oración y la presentación de las distintas
actividades del día por parte del P. José María Salado (O.S.A), párroco de N.ª
S.ª de la Consolación de Móstoles y uno
de los organizadores destacados del evento. A continuación, el P. Pedro Juan
Alonso (O.P.) desarrolló una charla bajo el título Parroquia y comunidad religiosa, en la que destacó que ambas realidades
solo tienen sentido si parten de una experiencia personal de Dios y tienen una
proyección comunitaria y misional. Después de un agradable descanso en el que
compartimos café y dulces, tuvo lugar un Panel
de experiencias (mesa redonda), en la que participaron cuatro párrocos,
presentado sus experiencias concretas como líderes de parroquias con sello
agustiniano. Tras un breve intercambio de impresiones de los asistentes con los
párrocos, se destinó un tiempo al trabajo por grupos para reflexionar sobre la
idiosincrasia de la parroquia agustiniana así como sobre su modelo organizativo.
Llegó el momento de la comida, en el que se repusieron fuerzas y se conversó de
manera cordial y fraterna. Más tarde se expusieron las conclusiones en sesión
plenaria y finalmente, se concluyó la jornada con una eucaristía concelebrada,
vivida con gran sentimiento. La nota de alegría la puso un bello coro, formado
por jóvenes seminaristas.
Damos las gracias a los PP.
Agustinos y en concreto a los organizadores por su buen hacer durante un día
que, a juicio de muchos, pasó demasiado rápido.
15 febrero 2015
Avisos parroquiales
1. El lunes, 16, llegarán los alimentos
perecederos, en torno a las 11:30 horas. Necesitaremos ayuda para descargarlos.
Gracias a todos los voluntarios, por anticipado.
2. La colecta de Manos Unidas, realizada el
domingo anterior, ascendió a 2.547.53 €. Gracias a todos por la colaboración.
El dinero ya está depositado en el Secretariado.
3. El día 18 es
Miércoles de Ceniza. Tendremos misa a las
9:15, 12:00, 19:00 y 20:00- En todas se impondrá la ceniza.
Os recordamos que
dentro de la Cuaresma la norma del ayuno y la abstinencia se vive de la
siguiente forma:
Ø Ayuno y abstinencia: Miércoles de Ceniza (18 de febrero) y Viernes Santo (3 de abril)
ØAbstinencia: Los viernes de Cuaresma.
Ø Ayuno y abstinencia: Miércoles de Ceniza (18 de febrero) y Viernes Santo (3 de abril)
ØAbstinencia: Los viernes de Cuaresma.
§ El ayuno obliga de los 18 años hasta los 59 años.
§ La abstinencia obliga desde los 14 años cumplidos
4. El sábado 21 tendremos en la parroquia
convivencia- Retiro para las personas que se han anotado como Evangelizadores
de la Gran Misión, en horario de 9:30 a 13:00 horas. Pueden asistir todos los
que deseen, en los salones parroquiales.
14 febrero 2015
Mensaje para la Cuaresma 2015 del Papa Francisco
Papa Francisco
«Fortalezcan sus corazones» (St
5,8)
Queridos hermanos y hermanas:
La Cuaresma es un tiempo de renovación para la Iglesia, para las
comunidades y para cada creyente. Pero sobre todo es un «tiempo de gracia» (2
Co 6,2). Dios no nos pide nada que no nos haya dado antes: «Nosotros amemos a
Dios porque él nos amó primero» (1 Jn 4,19). Él no es indiferente a nosotros.
Está interesado en cada uno de nosotros, nos conoce por nuestro nombre, nos
cuida y nos busca cuando lo dejamos. Cada uno de nosotros le interesa; su amor
le impide ser indiferente a lo que nos sucede. Pero ocurre que cuando estamos
bien y nos sentimos a gusto, nos olvidamos de los demás (algo que Dios Padre no
hace jamás), no nos interesan sus problemas, ni sus sufrimientos, ni las
injusticias que padecen... Entonces nuestro corazón cae en la indiferencia: yo
estoy relativamente bien y a gusto, y me olvido de quienes no están bien. Esta
actitud egoísta, de indiferencia, ha alcanzado hoy una dimensión mundial, hasta
tal punto que podemos hablar de una globalización de la indiferencia. Se trata
de un malestar que tenemos que afrontar como cristianos.
Cuando el pueblo de Dios se convierte a su amor, encuentra las
respuestas a las preguntas que la historia le plantea continuamente. Uno de los
desafíos más urgentes sobre los que quiero detenerme en este Mensaje es el de
la globalización de la indiferencia.
La indiferencia hacia el prójimo y hacia Dios es una tentación real
también para los cristianos. Por eso, necesitamos oír en cada Cuaresma el grito
de los profetas que levantan su voz y nos despiertan.
Dios no es indiferente al mundo, sino que lo ama hasta el punto de dar
a su Hijo por la salvación de cada hombre. En la encarnación, en la vida
terrena, en la muerte y resurrección del Hijo de Dios, se abre definitivamente
la puerta entre Dios y el hombre, entre el cielo y la tierra. Y la Iglesia es
como la mano que tiene abierta esta puerta mediante la proclamación de la
Palabra, la celebración de los sacramentos, el testimonio de la fe que actúa
por la caridad (cf. Ga 5,6). Sin embargo, el mundo tiende a cerrarse en sí
mismo y a cerrar la puerta a través de la cual Dios entra en el mundo y el
mundo en Él. Así, la mano, que es la Iglesia, nunca debe sorprenderse si es
rechazada, aplastada o herida.
El pueblo de Dios, por tanto, tiene necesidad de renovación, para no
ser indiferente y para no cerrarse en sí mismo. Querría proponerles tres
pasajes para meditar acerca de esta renovación.
1. «Si un miembro sufre, todos
sufren con él» (1 Co 12,26)
La Iglesia
La caridad de Dios que rompe
esa cerrazón mortal en sí mismos de la indiferencia, nos la ofrece la Iglesia
con sus enseñanzas y, sobre todo, con su testimonio. Sin embargo, sólo se puede
testimoniar lo que antes se ha experimentado. El cristiano es aquel que permite
que Dios lo revista de su bondad y misericordia, que lo revista de Cristo, para
llegar a ser como Él, siervo de Dios y de los hombres. Nos lo recuerda la
liturgia del Jueves Santo con el rito del lavatorio de los pies. Pedro no
quería que Jesús le lavase los pies, pero después entendió que Jesús no quería
ser sólo un ejemplo de cómo debemos lavarnos los pies unos a otros. Este
servicio sólo lo puede hacer quien antes se ha dejado lavar los pies por
Cristo. Sólo éstos tienen “parte” con Él (Jn 13,8) y así pueden servir al
hombre.
La Cuaresma es un tiempo propicio para dejarnos servir por Cristo y
así llegar a ser como Él. Esto sucede cuando escuchamos la Palabra de Dios y
cuando recibimos los sacramentos, en particular la Eucaristía. En ella nos
convertimos en lo que recibimos: el cuerpo de Cristo. En él no hay lugar para
la indiferencia, que tan a menudo parece tener tanto poder en nuestros
corazones. Quien es de Cristo pertenece a un solo cuerpo y en Él no se es
indiferente hacia los demás. «Si un miembro sufre, todos sufren con él; y si un
miembro es honrado, todos se alegran con él» (1 Co 12,26).
La Iglesia es communio sanctorum porque en ella participan los santos,
pero a su vez porque es comunión de cosas santas: el amor de Dios que se nos
reveló en Cristo y todos sus dones. Entre éstos está también la respuesta de
cuantos se dejan tocar por ese amor. En esta comunión de los santos y en esta
participación en las cosas santas, nadie posee sólo para sí mismo, sino que lo
que tiene es para todos. Y puesto que estamos unidos en Dios, podemos hacer
algo también por quienes están lejos, por aquellos a quienes nunca podríamos
llegar sólo con nuestras fuerzas, porque con ellos y por ellos rezamos a Dios
para que todos nos abramos a su obra de salvación.
2. « ¿Dónde está tu hermano?» (Gn
4,9)
Las parroquias y las comunidades
Lo que hemos dicho para la Iglesia universal es necesario traducirlo
en la vida de las parroquias y comunidades. En estas realidades eclesiales ¿se
tiene la experiencia de que formamos parte de un solo cuerpo? ¿Un cuerpo que
recibe y comparte lo que Dios quiere donar? ¿Un cuerpo que conoce a sus
miembros más débiles, pobres y pequeños, y se hace cargo de ellos? ¿O nos
refugiamos en un amor universal que se compromete con los que están lejos en el
mundo, pero olvida al Lázaro sentado delante de su propia puerta cerrada? (cf.
Lc 16,19-31). Para recibir y hacer fructificar plenamente lo que Dios nos da es
preciso superar los confines de la Iglesia visible en dos direcciones.
En primer lugar, uniéndonos a la Iglesia del cielo en la oración.
Cuando la Iglesia terrenal ora, se instaura una comunión de servicio y de bien
mutuos que llega ante Dios. Junto con los santos, que encontraron su plenitud
en Dios, formamos parte de la comunión en la cual el amor vence la
indiferencia. La Iglesia del cielo no es triunfante porque ha dado la espalda a
los sufrimientos del mundo y goza en solitario. Los santos ya contemplan y
gozan, gracias a que, con la muerte y la resurrección de Jesús, vencieron
definitivamente la indiferencia, la dureza de corazón y el odio. Hasta que esta
victoria del amor no inunde todo el mundo, los santos caminan con nosotros,
todavía peregrinos. Santa Teresa de Lisieux, doctora de la Iglesia, escribía
convencida de que la alegría en el cielo por la victoria del amor crucificado
no es plena mientras haya un solo hombre en la tierra que sufra y gima: «Cuento
mucho con no permanecer inactiva en el cielo, mi deseo es seguir trabajando
para la Iglesia y para las almas» (Carta 254,14 julio 1897).
Por otra parte, toda comunidad cristiana está llamada a cruzar el
umbral que la pone en relación con la sociedad que la rodea, con los pobres y
los alejados. La Iglesia por naturaleza es misionera, no debe quedarse
replegada en sí misma, sino que es enviada a todos los hombres.
Esta misión es el testimonio paciente de Aquel que quiere llevar toda
la realidad y cada hombre al Padre. La misión es lo que el amor no puede
callar. La Iglesia sigue a Jesucristo por el camino que la lleva a cada hombre,
hasta los confines de la tierra (cf. Hch 1,8). Así podemos ver en nuestro
prójimo al hermano y a la hermana por quienes Cristo murió y resucitó. Lo que
hemos recibido, lo hemos recibido también para ellos. E, igualmente, lo que
estos hermanos poseen es un don para la Iglesia y para toda la humanidad.
Queridos hermanos y hermanas, cuánto deseo que los lugares en los que
se manifiesta la Iglesia, en particular nuestras parroquias y nuestras
comunidades, lleguen a ser islas de misericordia en medio del mar de la
indiferencia.
3. «Fortalezcan sus corazones»
(St 5,8)
La persona creyente
También como individuos tenemos la tentación de la indiferencia.
Estamos saturados de
noticias e imágenes tremendas que nos narran el sufrimiento humano y,
al mismo tiempo, sentimos toda nuestra incapacidad para intervenir. ¿Qué
podemos hacer para no dejarnos absorber por esta espiral de horror y de
impotencia?
En primer lugar, podemos orar en la comunión de la Iglesia terrenal y
celestial. No olvidemos la fuerza de la oración de tantas personas. La
iniciativa 24 horas para el Señor, que deseo que se celebre en toda la Iglesia
—también a nivel diocesano—, en los días 13 y 14 de marzo, es expresión de esta
necesidad de la oración.
En segundo lugar, podemos ayudar con gestos de caridad, llegando tanto
a las personas cercanas como a las lejanas, gracias a los numerosos organismos
de caridad de la Iglesia. La Cuaresma es un tiempo propicio para mostrar
interés por el otro, con un signo concreto, aunque sea pequeño, de nuestra
participación en la misma humanidad.
Y, en tercer lugar, el
sufrimiento del otro constituye un llamado a la conversión, porque la necesidad
del hermano me recuerda la fragilidad de mi vida, mi dependencia de Dios y de
los hermanos. Si pedimos humildemente la gracia de Dios y aceptamos los límites
de nuestras posibilidades, confiaremos en las infinitas posibilidades que nos
reserva el amor de Dios. Y podremos resistir a la tentación diabólica que nos
hace creer que nosotros solos podemos salvar al mundo y a nosotros mismos.
Por esto, queridos hermanos y hermanas, deseo orar con ustedes a Cristo
en esta Cuaresma: “Fac cor nostrum secundum Cor tuum”: “Haz nuestro corazón
semejante al tuyo” (Súplica de las Letanías al Sagrado Corazón de Jesús). De
ese modo tendremos un corazón fuerte y misericordioso, vigilante y generoso,
que no se deje encerrar en sí mismo y no caiga en el vértigo de la
globalización de la indiferencia.
Con este deseo, aseguro mi oración para que todo creyente y toda
comunidad eclesial recorra provechosamente el itinerario cuaresmal, y les pido
que recen por mí. Que el Señor los bendiga y la Virgen los guarde.
FRANCISCO
Valores agustinianos (III) Ser inquieto. Ser interiorizado y reflexivo
San Agustín
Ser inquieto
¿Cuál ha de ser nuestro afán de cada día? El intentar siempre lo mejor, pero sin cansarse jamás de intentarlo. Por muy lejos que hayamos llegado, el ideal está siempre más allá. In ps. 38, 4
Si aún puedes ser mejor de lo que eres, es evidente que aún no eres tan bueno como debes. De ver. rel 41, 78.
Desagrádate en lo que eres, para que merezcas ser lo que aún no eres. In ps. 99, 5
Ser interiorizado y reflexivo
¿Por qué gustas tanto de hablar, y tan poco de escuchar? Andas siempre fuera de tí, y rehusas regresar a tí. El que enseña de verdad está adentro. En cambio, cuando tú tratas de enseñar, te sales de tí mismo y andas por fuera. ESCUCHA, primero, AL QUE HABLA ADENTRO y, desde dentro, habla después a los que están fuera. In ps. 139, 15
Cuanto menos atención presta un hombre a sus propios fallos, tanto más curioso se vuelve para escudriñar los ajenos. Al no poder excusarse a sí mismo, trata de sacarse la espina acusando a los demás. Serm. 19, 2
¿Te preocupa el que el árbol de tu vida tenga las ramas podridas? No pierdas el tiempo;cuida bien de la raíz, y no tendrás que andarte por las ramas. In ps. 79, 2
No podrás juzgar a los demás, a no ser que seas capaz de juzgarte a tí mismo. Entra, pues, dentro de tí y siéntate como reo en el juzgado de tu conciencia. Pon a prueba tu integridad como juez en esa sala interior de justicia en la que no necesitas depender de testigos externos. Serm. 13, 6, 7
08 febrero 2015
Avisos parroquiales
1.- El miércoles 11
es Ntra. Sra. de Lourdes, celebramos la Jornada Mundial del Enfermo, tendremos
a las 19 horas una misa parroquial por todos los enfermos de la parroquia.
2.- Las familias en que
haya personas impedidas para venir a la Iglesia, si desean que les llevemos la
comunión a casa, deben inscribirse (o anotarse) en el despacho parroquial. No,
los ya atendidos.
3.-El próximo
sábado, día 14, está programada una reunión interprovincial de todas las
parroquias agustinas de España en Guadarrama, participarán once miembros de la nuestra, Nª Sª de la
Consolación.
4. El próximo domingo, día
15, tendremos Campamento Urbano, de 16:00 a 19:30 horas. Los padres interesados
pueden ir matriculando a sus hijos en el despacho parroquial, en horas de
oficina.
5. Para las personas
interesadas, avisamos que quedan en el despacho parroquial libros pequeños y
grandes de La Palabra de cada día. Evangelio 2015.
01 febrero 2015
Avisos parroquiales
1.- Hoy domingo
tendremos, a las 18:00 h, Cine Fórum. Estáis todos invitados.
2. El martes 2 hay varias cosas:
- En la misa de las 12:00, celebración con el Grupo Vida Ascendente de la Diócesis.
- En la misa de las 19:00 h. tendremos celebración parroquial sobre la Vida Consagrada, motivado por hallarnos en el Año de la Vida Consagrada.
4. El próximo domingo,
el Grupo parroquial Animación Pastoral Agustiniana, en la misas hará un
presentación de la Carta del Papa Evangelii
Gaudium.
5. Para las personas
interesadas, avisamos que quedan en el despacho parroquial libros pequeños y
grandes de La Palabra de cada día: Evangelio 2015.
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