Manolo Berjón
El 22 de octubre 2012, en un “descuido”
más, se volvió a verter crudo al río Marañón en el pontón 4 de San José de
Saramuro, distrito de Urarinas, provincia de Loreto. Seguramente no esté
registrado en ninguna parte porque quienes deben anotar (Ministerios varios
–Energía y Minas, Ambiente…–) no deben saber escribir (y menos comunicar lo que
sucede). Estaban cargando la E /F
Contamana (IQ-7886) de Petroperú. Eran las 12:30 p.m. aproximadamente. Un
fuerte ruido, “como un tiro”, hizo prever que algo estaba sucediendo. Se había
roto la manguera. A lo largo de una hora se vertió crudo al Marañón. ‘Se pusieron
a trabajar’ y “derramaron unos polvos sobre el río”. Seguramente la empresa
dirá que son absorbentes, pero siempre queda la sospecha de que fueran
‘precipitantes’. Sobre todo si tenemos en cuenta que la empresa no hay dicho
nada de este derrame. Como si las poblaciones que habitamos el Marañón no
tuviéramos derecho a saber lo que pasa. Si todo se hace conforme a ley, como expresan,
entonces porqué ocultar información. Las sospechas se hacen más intensas…,
demasiado intensas. Los pobladores dicen que después echar de ‘los polvos se
profundizó el petróleo’. Más claridad…, agua del Marañón.
©
Parroquia Santa Rita de Castilla, 2012
¿Tendrá a bien el Ministerio de
Energía y Minas… comunicar oficialmente a las poblaciones asentadas en el
Marañón y a todo el Perú lo que ha sucedido? Exigimos una explicación oficial.
Una explicación que mucho nos tememos no llegará pese a toda esa retórica hueca
de la ‘integración nacional y el reconocimiento de nuestra diversidad’ o la
famosa ‘inclusión social’. Pero seguiremos esperando…, seguiremos.
Tiempos hubo en que los
silogismos dictaban cátedra, con las disculpas de Aristóteles y todos los que en
el mundo han sido. La lógica camina hoy por otros derroteros, pero echemos
manos de la tradición.
Si todo está
bien en el Marañón (no hay derrames ni rupturas del oleoducto, ni aguas de
formación vertidas impunemente)
Entonces por qué
no nos comunican lo que sucede.
Esto tiene una posible doble
respuesta:
a)
porque no saben lo que sucede, lo cual implica que son
ignorantes;
b)
porque son malos y ocultan información.
¿Se puede moralmente ocultar información sobre derrames en un río que la
gente utiliza para tomar agua y el aseo personal? Busquemos el lado lúdico:
invitamos a alguna gran empresa a embotellar agua del bajo Marañón para
venderla como agua de mesa. Atractivo: agua contaminada impunemente con beneplácito
del Estado.
©
Parroquia Santa Rita de Castilla, 2012
TAMBIEN EN EL CHAMBIRA
El río Chambira es un tributario
del Marañón por su margen izquierda. En él habita el pueblo indígena urarina.
Da la casualidad que en este mes de setiembre, no hemos podido precisar más, la
gente de la quebrada Pucayacu, de la cuenca del río Chambira, estaba trabajando
porque se había roto el oleoducto. Desconocemos qué ha ocurrido, pero ha debido
trabajar bastante gente ‘para remediarlo’(?). Estaban contentos porque ‘Pluspetrol
nos ha regalado tres motosierras’, además del pago por su trabajo diario.
Pluspetrol, o quien sea el responsable, nos da igual, aunque la gente dice
Pluspetrol. Otro suceso del cual esperamos también una explicación oficial del
Ministerio de Energía y Minas…
Y ahora que sabemos que en el
2013 habrá una nueva venta de lotes petroleros en el bajo Marañón sería bueno
que tuvieran en cuenta que algunas compañías están incapacitadas moralmente para acceder a tales lotes
por la irresponsabilidad que han ido demostrando durante muchos años. ¿Será el
Estado peruano tan incapaz de mirar a favor de su población?
Ya hace un tiempo se instaló en
el lenguaje oficial el tema de la ‘responsabilidad social’ de las empresas y
todo ese discurso de cara a la galería y a los accionistas (al menos para
algunas de ellas). Seguramente empresas que contaminan impunemente y no
comunican lo que sucede tienen incorporado en su código deontológico las
‘buenas prácticas’ y la ‘responsabilidad social’, que desdicen en su vida
diaria.
Sirva esta nota para dejar
constancia de estos sucesos que el Perú oficial prefiere desconocer, ocultar o maquillar
en esa retórica de un país emborrachado por la bonanza económica. Comenzamos utilizando
la palabra ‘descuido’, no hay tales ‘descuidos’, es la borrachera la que impide
mirar… “Si bebes, no manejes”, decía hace años Steve Wonder.
Dado que en Santa Rita de
Castilla no existe la posibilidad de Internet es muy difícil para nosotros
acceder a la información. Las distancias en la selva son tan inmensas que
averiguar lo que sucede es una tarea paciente y en muchas oportunidades fruto
de un golpe de suerte (que los cristianos preferimos llamar Providencia).
Santa Rita de Castilla,
9 de noviembre 2012
P. Miguel Ángel Cadenas
P. Manolo Berjón
Parroquia Santa Rita de Castilla
Río Marañón
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