P. Miguel Ángel Cadenas
P. Manolo Berjón
Felizmente la economía peruana va
bien. Algunos piensan, incluso, que muy bien. No lo ponemos en duda y nos
congratulamos en ello. A finales del mes de octubre 2012 varias personas que
conocemos irán a Lima en busca de trabajo: en la selva no lo hay. La necesidad
de contar con recursos económicos se ha vuelto una prioridad. Los productos de
la chacra siguen teniendo el precio de hace 20 años, mientras que lo que se adquiere
en la bodega ha aumentado tres veces más. El desequilibrio económico es
patente. La extracción de recursos naturales (aguaje, chonta…) no da para
cubrir necesidades mínimas. El destino final: Lima o alguna de las ciudades de
la costa, siguiendo la ruta de la bonanza económica peruana.
La semana del 10 al 15 de
setiembre de 2012 se produjeron, al menos, dos muertes de bebés en el distrito
de Parinari, provincia de Loreto, departamento de Loreto. Un país que goza de
tal crecimiento económico no puede permitirse el lujo de que mueran sus niños. La
carta de presentación de un Perú “modernizante” no puede incluir la muerte de
sus niños. Al menos si no quiere tener mala conciencia.
En Rocafuerte un niño † XX murió
porque sus padres no encontraron gasolina para visitar a un chamán que vive a 3
horas de distancia. De donde podemos colegir que el aspecto comunitario de la
vida es fundamental. Los que pretenden “modernizar” el país, desde el punto de
vista blanco, no podrán comprender que los sistemas de curación chamánicos son
tan efectivos como la medicina occidental. Y pretenden que todo el mundo pase
por los Centros de Salud.
Unos días más tarde, pero en la
misma semana, en la comunidad de San José de Parinari, falleció otro niño: †
Reyles Starley Cunayapa Uraco con 9 meses. Su peso a los 7 meses era de 9,400 kg . y su talla de 67.8 cm . El peso entra
dentro de lo normal, y su talla está en riesgo. Diagnóstico: riesgo de
desnutrición crónica. Datos proporcionados por la movilizadora de su comunidad,
capacitada por esta Parroquia y UNICEF. Por supuesto, el Ministerio de Salud no
se entera.
El niño no podía respirar.
Consultaron a un chamán, después otro y un tercero sentenció que una persona de
su comunidad le estaba haciendo daño, pero no le podía sanar. Le llevaron a un
cuarto chamán que diagnosticó brujería, señalando a la misma persona y tampoco
le pudo curar. A los 11 días fue llevado al Centro de Salud donde resonaba la
queja: “le han traído muy tarde”. En el Centro de Salud no se ponían de acuerdo
si era necesario evacuar al bebé. Desde las 10:00 a.m. hasta las 5:00 p.m. para
tomar la decisión. La situación es muy compleja y no conviene simplificarla.
Los padres del bebé no accedían, atribuían que la ampolla que le inyectaron le
hizo mal, señal inequívoca que garantizaba el diagnóstico de brujería. Solicitaron
el alta voluntaria, retornaron a su comunidad con el niño y al día siguiente
falleció.
©
Parroquia Santa Rita de Castilla, 2012.
Una primera afirmación antes de
las muchas preguntas que nos surgen. Los sistemas chamánicos de curación son
tan efectivos estadísticamente como la medicina occidental. La enfermedad se
convierte en una crisis personal, familiar y comunitaria y todas las personas
acudimos al sistema de salud que más tranquilidad nos proporciona. Los ejemplos
citados no sirven para menospreciar tales sistemas de salud. Para ser objetivos
habría que tener en cuenta los muchos casos de curación que ofrecen los
chamanes. Partimos de esa convicción. Una vez constatado esto, surgen las preguntas:
¿las personas que laboran en los Centros de Salud tienen la capacitación
suficiente para manejar situaciones donde otros sistemas de salud, como el
chamánico, son preponderantes? No se trata de ser maniqueos, pero la currícula
universitaria de salud no incluye materias que aprecien estos sistemas
chamánicos de curación y la medicina occidental se convierte en la única vía.
Parten, en nuestra opinión, de una valoración negativa de los sistemas
chamánicos. Valoración que no ayuda a entender las situaciones reales, provocando
frustración en los mismos trabajadores de salud que no entienden lo que está
pasando. La presente “modernización” unidireccional no coopera en este sentido.
Los padres de Reyles Starley ya
tenían el voucher del DNI de su hijo. Pero con el voucher no hay SIS (Sistema
Integral de Salud) y sin SIS la atención de emergencia se da, ¿pero quién
sufraga los gastos? En su caso, no había combustible, ni deslizador, ni motor
fueraborda en el Centro de Salud para una posible evacuación. Cuando se
consigue trasladar a un paciente ¿existe un lugar para la atención de los
parientes que tienen que viajar con el enfermo? Esta desatención de los
familiares es un elemento disuasorio para no llevar al enfermo a la ciudad.
¿Quién va a costear todos los gastos? Ni siquiera el SIS cubre todos los desembolsos
de atención médica, ni que decir de los del acompañante. Otra resistencia
proviene de llevar el paciente a la ciudad y acaecer la muerte. ¿Quién le retorna
al muerto a su comunidad para ser velado por sus parientes? No poder velar a un
muerto es un asunto serio que el sistema de salud occidental no contempla. Los
psicólogos saben de la importancia del duelo. Pese a que la psicología es una
“ciencia moderna” no parece incorporar sus conocimientos el Sistema de Salud
“modernizante”. Muchas preguntas, numerosa burocracia y demasiados
desencuentros en una muerte de un niño indígena.
Justo en el momento en que en el
distrito de Parinari se anuncia el programa “Cuna Más” constatamos la muerte de
dos niños del distrito. Sospechamos que esta “modernización” no contemplará el
sistema indígena de curación ni la visión amazónica de persona. Otra imposición
más a espaldas de los pueblos indígenas. Esta “modernización” impositiva no
solo no generará mejores prácticas, sino que acarreará mayores incomprensiones
que recaerán en las espaldas de los trabajadores de salud asignados en
territorios indígenas además de aumentar las sospechas indígenas a un sistema
de salud que no contempla a la persona amazónica.
Para un kukama una de las mayores
aberraciones es no conservar el nombre. El sistema peruano de salud, ciego a
los aportes indígenas, ni siquiera recogerá las muertes de estos dos bebés en
las estadísticas. No tendrán que maquillarlas. Construir un Perú sobre el
olvido no es la mejor forma de afrontar el presente ni el futuro. De esta manera
se puede presentar ante el mundo como un sistema moderno sobre el olvido del
dolor de los indígenas.
Hay quien nos achaca estar en
contra de la “modernización”, entre otros, varios profesores de primaria y
secundaria de la zona. No estamos en contra de la modernidad, pero sí en contra
de una modernidad impositiva que parece tener orejeras para con otras visiones
del mundo. Si la bonanza económica del Perú, vía programas del gobierno, sirve
para cargar sobre las espaldas indígenas el atraso, aparte de ser mezquinos y
ciegos, no resolverá las muchas frustraciones que acarrea la “aparente
modernidad”.
Los tan manidos programas del
gobierno (léase Programa Juntos, Cuna Más, Pensión 65…, que se anuncian en el
distrito antes de fin de año) no dejan de ser una propina. Calderilla que no
tiene en cuenta el sentir de los pueblos indígenas. Si toda la bonanza
económica solo puede traer estos programas mucho nos tememos que no resolverá
los problemas históricos que sobrellevan estos pueblos. Antes de llevar a cabo
ningún programa bien harían en consultarles en lo que concierne a su
desarrollo. Si no por convicción, al menos, para no desvirtuar una democracia
participativa, una ciudadanía postnacional.
Obligar a las mujeres indígenas a
dar a luz en los Centros de Salud o Postas Médicas sin adecuarlos culturalmente
(y el parto vertical es una propuesta entre otros muchos elementos disuasorios
de la atención del parto) para cobrar los pretendidos programas del gobierno es
construir un Perú unidireccional con el propósito de socavar los fundamentos
indígenas. O aprendemos todos de los pueblos indígenas y les consultamos en lo
que a ellos atañe (y al futuro del Perú) o sembraremos vientos que traerán
posteriores tempestades.
† NN, descanse en paz.
† REYLES STARLEY CUNAYAPA URACO,
descanse en paz.
P. Miguel Ángel Cadenas
Parroquia Santa Rita de Castilla
Río Marañón
P. Manolo Berjón
Parroqui Santa Rita de Castilla
Río Marañón
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