"Nuestro descanso es nuestro lugar propio y allí nos eleva el amor (...) Cada cuerpo tiende al lugar que le es propio llevado por su peso. Un peso no sólo arrastra hacia abajo sino al lugar que le es propio. Así, el fuego tiende hacia lo alto y la piedra hacia abajo, llevados ambos por su peso para buscar su lugar (...) Fuera del orden reina la inquietud y en el orden, el reposo. Mi peso es mi amor y me lleva a donde voy. Tu Don, Dios, nos enciende y nos lleva hacia lo alto. Nosotros, por nuestra parte, ardemos y nos movemos para ascender la subida del corazón".
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