Jesús, no tienes manos.
Tienes sólo
nuestras manos
Para
construir un mundo donde reine la justicia.
Jesús, no
tienes pies.
Tienes sólo
nuestros pies
Para poner
en marcha la libertad y el amor.
Jesús, no
tienes labios.
Tienes sólo nuestros
labios
Para
anunciar al mundo la Buena Noticia de los pobres.
Jesús, no
tienes medios.
Tienes sólo
nuestra acción
Para lograr
que todos seamos hermanos.
Jesús,
nosotros somos tu Evangelio,
El único
Evangelio que la gente puede leer,
Si nuestras vidas
son obras y palabras eficaces.
Jesús, danos
tu amor y tu fuerza
Para
proseguir tu causa
Y darte a
conocer a todos cuantos podamos.[1]
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