Manolo Berjón
Miguel Ángel Cadenas
Para Juanita, una niña de trece años a quien le
cortaron el pelo,
(contra su voluntad). Es poco probable que
Juanita lea este artículo.
Con
cariño y admiración
“Lo primero que hicieron fue cortarme el pelo. No me preguntaron,
ni siquiera me dieron tiempo. Me lo dijeron y a continuación me cortaron el
pelo”. Esta podría ser una versión de Juanita, con algunas variantes que no
vienen al caso. Quienes lo hicieron pensaron que era lo mejor, así está
mandado. En un lugar con muchas niñas la higiene personal es muy importante. El
corte de pelo, como medida cautelar, evita muchos malos entendidos, además de
asegurar que no haya piojos.
Juanita es una niña del río Marañón a quien su madre pretende dar
mejores oportunidades en la vida. Para ello ha tenido que ir a la ciudad a
comenzar sus estudios de secundaria. Y, sin pretenderlo, ya se encontró con las
primeras sorpresas. Ha tenido que renunciar a su pelo, entre otras cosas. Todo
podría ser normal si no fuera porque Juanita es una niña kukama, para quien el
pelo vehicula significados ligados a la belleza, la sabiduría indígena y las
relaciones entre mujeres, entre otros. Pero vayamos por partes.
© Parroquia Santa Rita de
Castilla, 2014
Cuentan que la sirena tiene un pelo largo y bonito, que nunca se
corta. Dicen de ella que puede cautivar y enamorar a los mejores pescadores y
llevarlos a vivir con ella dentro del agua. En su pelo navegan los peces, son
sus piojos. Este vínculo estrecho entre pelo de la sirena y piojos es lo que
fundamenta la práctica social, como veremos. La sirena es su madre. Los cuida,
los alimenta y los va guiando por el camino de la vida (del río). Estamos en el
terreno mítico, ese que fundamenta, sostiene y soporta los quehaceres de la
vida diaria. Una sirena sin pelo o con el pelo corto deja de ser una sirena,
pierde su especificidad.
Es frecuente ver a las mujeres mayores con el pelo largo.
Habitualmente lo llevan recogido en forma de moño, pero también lo pueden
llevar en forma de cola enroscado como una boa o trenzado de diferentes
maneras, colgado sobre su espalda. El pelo es un motivo de orgullo. Siempre lo
tienen bien cuidado. Las muchachas, después de bañarse, en horas de la tarde, con
el pelo largo y suelto, se pasean por el pueblo siendo admiradas por los chicos
y los hombres, y objeto de comentarios del resto de mujeres. Un pelo largo y
suelto es la admiración de la población local.
© Parroquia Santa Rita de
Castilla, 2014
Para mayor comodidad, durante el día, las niñas, señoritas y
señoras enroscan el pelo en diferentes tipos de moños o en forma de cola o
coleta. Es tiempo de trabajar. En la tarde, en el momento de pasear, de visitar
a los parientes o amigos, de salir a dar una vuelta por el pueblo es cuando se
puede disfrutar de diferentes peinados que levantan todo tipo de comentarios.
Si la sirena tiene al pescado como su piojo, las mujeres, sobre
todo adultas, pero también madres con sus hijas pequeñas y adolescentes,
acostumbran a “buscar piojo” en la cabeza de una mujer pariente o con quien se
mantiene relación de vecindad o amistad. No se le “busca piojo” a un extraño.
“Buscar piojo” es una forma de relación de familiaridad entre mujeres, de
ternura, afecto y cariño. Una oportunidad de aprender unas de otras y un
espacio de intimidad donde se cuentan confidencias y las cosas importantes de
la vida. Quien imagina este hecho como una falta de higiene está proyectando
sobre esta actividad su propia interpretación, y cae presa del etnocentrismo. Encontrar
un piojo y comerlo, o al menos masticarlo con los dientes, es la posibilidad de
que una mujer le conceda su conocimiento a quien le ha encontrado el piojo. El
piojo, por tanto, no es algo negativo, es la posibilidad de adquirir
conocimiento de alguien cercano, alguien que me regala algo suyo.
© Parroquia Santa Rita de
Castilla, 2014
Cortar el pelo a una niña ataca el sentido de belleza de los
pueblos indígenas, no permite identificarse con seres míticos tan importantes
como la sirena y corta abruptamente las relaciones sociales de intimidad entre
mujeres. Antes de realizar este tipo de prácticas haríamos bien en preguntarnos
lo que significa el pelo para la otra persona, normalmente un ser dependiente
que tiene que obedecer. ¿Permitiríamos nosotros que interrumpieran (por no
decir cortaran) la relación que mantenemos con nuestra cultura?
Es frecuente que la buena intención termine por dañar la relación
con otras personas. Puede ocurrir que sea una imposición de los criterios
personales sobre aquellos que están bajo nuestra responsabilidad. El poder se
ejerce, habitualmente, de forma muy sutil, pero no por eso menos eficaz. Cuando
la imposición se hace intolerable el sufrimiento causado es injusto e inmoral.
Estos comportamientos, que suelen ser inconscientes, son causa, fuente y origen
de resentimiento. En lugar de ayudar a una vida más digna, provocan rechazo. La
historia está plagada de estos malos entendidos.
© Parroquia Santa Rita de
Castilla, 2014
Una anécdota para concluir. Estábamos en un curso de mujeres, y
uno de nosotros se acercó para que le mirasen la cabeza. El asombro y las risas
no se hicieron esperar. Una de las mujeres aceptó el reto. Nos hicieron sentar
y comenzó a separar el pelo para observar si tenía algún piojo. La expectación
era máxima, todas las mujeres se arremolinaron a nuestro lado. Después de unos
segundos la mujer separó violentamente mi cabeza con sus manos y exclamó llena
de risa: “ni siquiera tiene piojo”. Fue el comentario del día.
NOTA
Una forma lúdica y desenvuelta de luchar contra la discriminación
reinante es organizar un concurso de peinados kukama en una ciudad como Nauta,
Loreto. Seguro que radio Ucamara estaría deseosa de que alguien colabore con
ellos en esta tarea. Se buscan patrocinadores del evento. Darle cobertura,
apoyo a través de actrices de renombre, un buen reportaje fotográfico… podría
ser una forma muy eficaz de luchar contra esa lacra social denominada racismo.
Los pueblos indígenas merecen respeto, admiración, apoyo y diversión. Las risas
que causaría sería una forma sutil pero eficaz de levantar la estima social de
este pueblo indígena tan vituperado. Un posible eslogan para la campaña podría
ser: “Un peinado kukama en tu cabeza”. Ahora que se acerca el aniversario de la
ciudad de Nauta sería un tiempo oportuno (kairós). Pero cualquier tiempo puede ser
kairós, el tiempo de Dios.
© Parroquia Santa Rita de
Castilla, 2014
P. Miguel Ángel Cadenas
P. Manolo Berjón
Parroquia Santa Rita de Castilla
Río Marañón
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