Pablo Neruda
Donde estés,
donde vivas,
en la última
soledad de este mundo,
en el azote
de la furia terrestre,
en el rincón
de las humillaciones,
hermano,
hermana,
espera,
trabaja firme
con tu
pequeño ser y tus raíces.
Un día para
ti, para todos saldrá
desde tu
corazón un rayo rojo,
florecerás
también una mañana:
no te ha
olvidado, no ¡
La primavera
: yo te lo digo
yo te lo
aseguro porque el cacto terrible,
el erizado
hijo de las arenas
conversando
conmigo
me encargó
este mensaje
para tu corazón
esperanzado.
Y ahora te
lo digo y me lo digo:
hermano,
hermana,
espera,
estoy seguro:
No nos
olvidará la primavera.
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