12 enero 2013

El pesimismo ilustrado

Francisco Javier Bernad Morales

CORAZÓN GONZÁLEZ, Rafael, El pesimismo ilustrado, Kant y las teorías políticas de la Ilustración,  Rialp, Madrid, 2005, 13,5  x 20, 310 pp.

Frente a la idea ya convertida en lugar común, que, escudada en la noción de progreso,  ve en la Ilustración un movimiento esencialmente optimista, en tanto que mantenedor a ultranza de la perfectibilidad de las sociedades humanas, Rafael Corazón argumenta que la auténtica base de toda la filosofía ilustrada no es sino un profundo pesimismo antropológico. Los filósofos ilustrados, al negar la idea misma de trascendencia, reducen al hombre a mera naturaleza gobernada por fuerzas inmanentes, que no dejan lugar a conceptos tales como libertad y responsabilidad. El poder político pasa a justificarse no por la meta de alcanzar el bien común, sino por la necesidad de armonizar los contrapuestos intereses de los individuos, a fin de que estos no se destruyan entre sí. Aunque sorprendentemente no cita a Bernard de Mandeville, se diría que la Fábula de las abejas está presente en toda la argumentación. Se centra esta en poner al descubierto las inconsistencias y contradicciones en que incurre Kant, sin duda el más grande de los ilustrados, cuando cree descubrir una fundamentación autónoma de la moral, y mantiene la posibilidad de edificar un sistema de gobierno que, al modo de un perfecto sistema de relojería, sea capaz de funcionar sin que le afecten las voluntades o intenciones de las piezas que lo componen. Coincide aquí Rafael Corazón con Isaiah Berlin, quien ya señaló cómo el rigor ético kantiano abre, contra toda apariencia, una puerta al relativismo moral. Frente al inmanentismo que impregna las teorías políticas contemporáneas y cuya consecuencia en su opinión no es otra que la imposibilidad de fundamentar sólidamente unos derechos humanos que, por otro lado, no cesan de invocarse, el autor vuelve la vista a las teorías políticas tradicionales inspiradas en una visión trascendente del hombre y de la naturaleza.

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