Ante la noticia de la renuncia a su ministerio como Obispo de Roma hacha pública el pasado 11 de febrero por el Papa Benedicto XVI, Cáritas Española expresa su profundo agradecimiento al Santo Padre por estos casi ocho años de fructífero Pontificado en el que ha situado la caridad como uno de los ejes de su magisterio.
Si ya en la primera de sus encíclicas, Deus caritas est, Benedicto XVI señala con claridad meridiana el amor de Dios como el corazón mismo de la fe cristiana y la opción fundamentas de la vida del cristiano, en su tercera encíclica, Caritas in veritate, va más allá al exclamar que "el amor _ "caritas"_ es una fuerza extraordinaria, que mueve a las personas a comprometerse con valentía y generosidad en el campo de la justicia y de la paz".
Esa misma enseñanza, que no ha dejado de expresarse en los distintos espacios donde el Papa ha propuesto su rico magisterio, se ha manifestado de manera específica, en lo que supone para la identidad de la acción de Cáritas, tanto en sus sucesivos Mensajes para la Cuaresma como en los encuentros anuales con los miembros del Pontificio Consejo "Cor Unum", del que forma parte el presidente de Cáritas Española, Rafael Río Sendino.
La Confederación Cáritas en España, al tiempo que comparte el sentimiento de orfandad por esta decisión manifestado por el cardenal Antonio Rouco Varela, presidente de la Conferencia Episcopal, acoge también "con reverencia filial" la voluntad del Santo Padre y expresa su confianza plena en la fuerza del Espíritu para que bendiga al futuro Papa y a toda la Iglesia.
El luminoso camino mostrado por Benedicto XVI acerca del ejercicio de la diakonia de la caridad será siempre fuente de inspiración para Cáritas en el desafío ue nos lanza la opción preferencial y evangélica por los pobres, una misión especialmente urgente en esta encrucijada de la historia.
En estos momentos en los que millones de hermanos siguen sufriendo las consecuencias de los injustos sistemas que rigen la economía, la moral, la política y la sociedad, Cáritas agradece la visión y la denuncia clara de todas las injusticias a lo largo del magisterio pontificio de Benedicto XVI, así como su cercanía al sufrimiento de los hombres y mujeres de nuestro tiempo.
Cuando la Iglesia afronta una nueva etapa en el gobierno de la barca de Pedro, oramos por el nuevo pontífice, al tiempo que intensificamos nuestros esfuerzos en el trabajo por alcanzar la justicia y la dignidad para todas las personas en la confianza de que la Buena Nueva de Jesucristo alcance a todos, aporte consuelo, luz y esperanza en los momentos de mayor turbación.
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