03 febrero 2013

Encuentro interparroquial agustiniano (OSA)

Carmen Sáez Gutiérrez

El pasado sábado día 2 celebramos en la Iglesia el día de las Candelas, de la Luz. Con este espíritu de búsqueda de la verdad, abordamos el encuentro interprovincial de parroquias agustinas. Nos reunimos trece parroquias de las cuatro provincias que, desde un punto de vista administrativo y organizativo,  tiene actualmente la Orden de San Agustín: Matritense, España, Castilla y Filipinas. A esta última pertenece la nuestra.
El objetivo no era otro que compartir vivencias y experiencias parroquiales de evangelización y solidaridad ante la crisis que padecemos.
Iniciamos la jornada con un Eucaristía en la parroquia Sta. M.ª de la Esperanza, próxima al colegio Valdeluz, lugar donde se celebró el encuentro. Después de presentarnos, asistimos a la primera de las exposiciones, a cargo del P. Gabriel González del Estal (OSA), que nos habló de la parroquia agustiniana como comunidad de comunidades, en referencia a los equipos de catequistas, de Cáritas, de culto y liturgia, formación y reflexión cristiana que deben convivir en un clima de pluralidad.  Además destacó como señas de identidad   de la parroquia agustiniana, de un lado,  la comunidad de fe y de bienes, que no debe quedar restringida a los frailes, sino que debe extenderse a todos los fieles, y de otro,  la conjunción entre saber y creer, entre ciencia y fe.
La segunda conferencia la presentó D. Ignacio M.ª Fernández de Torres, consiliario diocesano de Justicia y Paz de Madrid. En ella, habló de cómo, a pesar de que desde finales de los años 90 se había pronosticado la crisis que iba a sobrevenir, los gobiernos miraron hacia otro lado y no tomaron medidas para contenerla, y también de la paradoja que se da actualmente, pues, en estos momentos dramáticos para la mayoría de la población mundial, un 1% en EEUU ha incrementado sus ingresos un 10%. También aludió a que un 1/3 del dinero mundial está en paraísos fiscales y si se pagara en impuestos lo correspondiente a esta cantidad de dinero, no habría crisis.  Además de referirse a la crisis de hambruna, crisis energética, financiera y política, incidió de manera especial en la crisis moral, pues actualmente estamos viviendo sin un imperativo categórico, en una profunda crisis de verdad y con una actitud egoísta de Sálvese quien pueda. Como cristianos no podemos estar ajenos a lo que ocurre a nuestro lado, el amor debe llevarnos a entregarnos a los demás y a desterrar de todos nuestros actos cotidianos cualquier resquicio de corrupción. No se trata solo de denunciarla sino también de eliminarla de nuestra vida en cualquier forma en que pueda aparecer.
Después de una comida comunitaria, en un ambiente agradable y distendido, reanudamos la jornada, trabajando por equipos. Finalmente se compartieron los distintos puntos de vista sobre las conferencias y se expusieron las iniciativas frente a la crisis. Las parroquias a menudo están  desbordadas por la fuerte demanda que llega a los equipos de Cáritas. En algunos lugares han establecido acuerdos con supermercados para que donen productos con fecha próxima de caducidad y en otros se están desarrollando iniciativas encaminadas a la creación de cooperativas de alimentos. En todos se desarrolla una amplia labor asistencial  gracias a las aportaciones de los fieles que, en estos tiempos difíciles, se han incrementado.
Fue una jornada larga y densa, pero, a todos nos dejó un buen sabor de boca por el clima de convivencia y el sentimiento de caminar en una misma dirección.



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