Francisco Javier Bernad Morales
John
Henry Newman publicó en julio de 1841, cuatro años antes de unirse a la Iglesia
Católica, un breve ensayo titulado El
juicio privado. En él reflexiona sobre la lectura de la Escritura y
concluye que esta debe hacerse bajo la guía de un maestro. Al respecto aduce
diversos ejemplos, como el del ministro etíope al que instruye el apóstol
Felipe sobre la interpretación de Isaías. Pero su gran preocupación es la
relación entre anglicanos y católicos. Vive un momento de incertidumbre y su mente se debate entre dudas. Ambas iglesias son muy similares y no ve razón
para abandonar una y seguir otra. La disputa entre ambas no atañe a la
doctrina, y Newman la compara a la que enfrentó a San Pablo con San Pedro en
Antioquía. Las dos son depositarias de grandes virtudes, pero a su vez les
acechan graves peligros: el cisma en el caso anglicano, la idolatría en el
católico. Sin embargo, en el momento final se diría que censura con mayor
dureza a los anglicanos, a quienes acusa de comportarse de manera arrogante con
los seguidores de otras confesiones, en particular con los ortodoxos griegos y
los católicos romanos[1].
El texto finaliza con un llamamiento a la unidad de los cristianos:
Todo el que desea la unidad y reza por ella,
que busca aumentarla, da testimonio de ella y se comporta cristianamente con
los miembros de las Iglesias distintas de la nuestra, que está en amistad con
ellas (cumpliendo con su deber para con su propia comunión y para con la
verdad), que intenta instruirlas mientras al mismo tiempo se instruye él y su
gente, puede muy bien ser considerado -en lo que a él concierne- como alguien que
rompe el muro de la división y renueva los antiguos lazos de unión y concordia
mediante la fuerza de la caridad. La caridad lo puede todo por nosotros, es a
la vez un espíritu de celo y de paz; por caridad protestaremos debidamente
contra lo que nuestro juicio privado nos permite condenar en otros; y por caridad
está en nuestras propias manos, por mucho que se opongan todos los hombres,
restaurar en nuestro círculo la intercomunión de las iglesias.” (Ensayos críticos e históricos, Madrid, Encuentro, 2009, vol 2, p.
296)
[1] Newman, antes de su conversión,
consideraba que la Iglesia Anglicana es católica al igual que la Romana
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