P. Miguel Ángel Cadenas
P. Manolo Berjón
Estamos visitando una comunidad del distrito de Nauta. El
comentario lo llevan quienes han estado en la Plaza 28 de Julio en Iquitos con
ACODECOSPAT (Asociación Cocama de Desarrollo y Conservación San Pablo de
Tipishca). En la tarde nos vamos a la comunidad de enfrente. Poniendo un pie en
la nueva comunidad avisan, a gritos, que tenemos una llamada urgente.
Regresamos. Tarda en entrar la llamada. No sabemos qué está ocurriendo. Suena
el teléfono de Gilat. Está llamando una hija que vive en la ciudad a su
familia. Hay que continuar esperando. Al rato entra otra llamada. Es para
nosotros. La noticia nos impacta: ha habido un derrame de crudo en la base de
San José de Saramuro y otro en Cuninico, con algunos días de distancia. Salimos
del teléfono y algunas gentes se acercan a preguntar: qué ha pasado. Comentamos
brevemente. La gente se dispersa y continúan jugando, no les queda otra. Se
nota la rabia, la impotencia.
© Parroquia Santa Rita de Castilla, 2014. C.N. Santa Rosa de
Uraninas. Cartel que “no” ha puesto los moradores
CUNINICO Y NUEVA SANTA ROSA DE URARINAS
Cuninico y Nueva Santa Rosa de Urarinas son dos comunidades
situadas en el distrito de Urarinas, provincia de Loreto. Cuninico está ubicada
en la boca de la quebrada que lleva su mismo nombre, a orillas del Marañón. La
quebrada tiene abundantes cochas. En la comunidad se instalan comerciantes de
pescado que lo transportan a Yurimaguas y Tarapoto. La comunidad, fundamentalmente,
vive de la pesca. Una de las cochas lleva el nombre de Omurano. Quienes conocen
de pueblos indígenas notarán el nombre de uno de ellos. Siendo antiguo
territorio del pueblo Omurano, ahora está ocupado, fundamentalmente, por el
pueblo Kukama. Otro día hablaremos del pueblo Omurano.
El lugar de la rotura del oleoducto es un punto dentro del
territorio de la comunidad de Nueva Santa Rosa de Urarinas. Sólo que ha bajado
por la quebrada y han sido la comunidad vecina de Cuninico quien ha dado la voz
de alarma.
Los días son apacibles, las gentes realizan sus trabajos diarios
con tranquilidad, pero con constancia. Están esperando el mijano: en la
vaciante de los ríos salen abundantes pescados del interior de las cochas a los
ríos grandes. ¿Habrá este año mijano en Cuninico? Es una pregunta retórica. No,
no habrá. ¿Habrá mijano en el Marañón? Nos gustaría que un biólogo nos
explique. ¿Alguien tendrá en cuenta la pérdida económica que esto genera en Cuninico
y comunidades aledañas? ¿Se encarecerá el pescado en Yurimaguas y Tarapoto? Por
supuesto. Pero muchos de los habituales del pescado de la quebrada Cuninico
nunca lo sabrán. ¿Cuánto tiempo tardará la quebrada en recuperarse? ¿20 años,
30 años? Dejemos la especulación a los biólogos. Esto no es lo más importante,
ni de lejos.
¿Es esto grave? No tanto, forastero. Citamos de memoria porque las
condiciones en las que se escribe esta crónica no permiten la revisión de
documentos. Pero a modo de información, que fácilmente ustedes pueden
comprobar, al menos deberían hacerlo las instituciones. El “Estudio de Impacto
Ambiental del proyecto Sísmica 2D Lote 106 – Cuenca Marañón” de Petrolífera,
publicado en Internet sólo considera la parte socioeconómica y cultural, con
errores de bulto, por supuesto. Pero en un pequeño resumen que entregaron en
las comunidades se indicaba la presencia de metales pesados en la boca del
Chambira y Cuninico. Esta parte, lógicamente, no la han publicado en Internet.
Lo hacían para curarse en salud. En el caso de que decidiera explotar el lote
no eran responsables de lo que se han encontrado, es previo a su llegada. ¿Ha
hecho algo el Estado por remediar esto? No. Son responsables de que durante
tantos años, conociendo, los mercados de Yurimaguas y Tarapoto hayan consumido
impunemente pescado de la quebrada
Cuninico. Puede que las autoridades cierren los ojos, pero para los que somos
cristianos, Dios nos preguntará qué hemos hecho. Para quienes adoran al dios
dinero, lo que pueda pensar Dios es una minucia insignificante.
Esto no puede ser una crónica de lo sucedido, dado que el Estado,
encargado de dar una explicación, nunca lo hará. Y si se ve obligado a dar la
explicación nunca será convincente. A lo que íbamos: una comunidad cercana
comunica desesperadamente que necesitan ayuda: “ha habido un derrame de
petróleo”. Sólo querían ser escuchados. Su teléfono Gilat no funciona bien, se
entrecortaba. Sospechamos que esta vez no está intervenido, porque antes del
suceso ya ocurría igual. Pero no hay duda, hay teléfonos intervenidos, y de eso
sabemos algo. Nos ponen en la pista. Comienza el periplo de llamadas a
diferentes comunidades. Empieza la confusión. Nos hablan de un derrame en San
José de Saramuro. ¿Es el mismo derrame? El caos nos acompaña varias horas y
varias llamadas a comunidades. Al final, esclarecemos que son dos derrames
diferentes.
Varios días la gente comía el pescado con olor y sabor a gasolina.
Al principio nadie le dio importancia. Pero después de varios días surgió el
comentario en la comunidad. Un comunero entró en la quebrada y, con ojos
espantados, vio cantidad de peces y boas muertas y manchas de petróleo por
todos lados. Se ha quebrado el oleoducto en la zona que los comuneros denomina
Varillal (atención para los ambientalistas). Asustado regresa a la comunidad y conversan
entre autoridades y comunidad. Como primera medida deciden llamar a las
instituciones en Maypuco, sede del distrito de Urarinas. Entre otros, llaman al
Municipio y a la PNP
(Policía Nacional del Perú). Ellos hacen fotos y algunos videos. Comienza el
movimiento. Hasta el 2 de julio sólo había llegado 5 litros de agua por
familia y agua del Marañón. De nuevo, las emergencias no son atendidas, menos
si es lejos de la ciudad. Los planes de emergencia o no existen o no funcionan.
Quien sí acude, dicen los pobladores, es Petroperú llevando personal sanitario,
entre ellos un doctor. Échense a temblar.
© Parroquia Santa Rita de Castilla, 2014. C.N. Cuninico.
En el derrame de 2010, en Santa Rita de Castilla, un doctor
contratado por Pluspetrol atendió a toda la población enferma. Todos contentos,
aunque no todos. Rápidamente solicitamos información al Centro de Salud. Se
lavaron las manos. Ellos no atendieron, lo hizo el personal contratado por
Pluspetrol en aquella oportunidad, y no dejaron constancia de enfermos,
limpiaron todos los expedientes. Mucho nos tememos que esta vez pueda pasar
igual. Ya está advertida Cuninico, veremos qué pueden hacer. Pero también sería
importante que el Ministerio de Salud, la Defensoría del Pueblo… soliciten esa información
y no se queden de brazos cruzados cuando les digan que no ha sucedido nada.
Quienes nos siguen, ya saben que nuestra abuelita contaba mejores cuentos.
Por de pronto, en Cuninico hay 15 niños con diarreas, vómitos, manchas y alergias.
Seguramente hay más, y no solo niños, pero son las noticias que nos llegan.
Pero a más de un día de distancia río abajo, en Santa Rita de Castilla, hay más
niños de lo normal con “diarrea, vómito, manchas y alergias”. La gente de Santa
Rita de Castilla dice que “pasó el petróleo” a partir del 1 de julio a las 5:00
p.m., e incluso todo el día 2 de julio. “Son como manchas de aceite que
brillan” y como “de abajo brotaba”. Esto es percepción local de varios
moradores de Santa Rita de Castilla.
La población, a nuestro entender, está lejos de ser atendida, pero
ya intentó entrar una chata en la quebrada Cuninico. No ha podido, está
demasiado bajo. Uno tiende a pensar: por supuesto, que hay que remediar cuanto
antes lo sucedido, el hueco en el oleoducto. ¿Habrán utilizado “dispersantes” o
más bien profundizarán el petróleo? Sospechamos lo segundo. Con todo no es lo
más preocupante. Nos dirán que utilizan productos autorizados y “benignos” con
el medio ambiente. Sospechamos que no dicen la verdad, por las ocasiones
anteriores que nos han mentido. Lo cierto es que determinados productos
“precipitantes” son más dañinos que el mismo crudo. ¿Y la población? ¿No merece
una atención adecuada? Brilla por su ausencia.
En Cuninico al día 3 de julio la gente de la comunidad está
contratada para trabajar abriendo un espacio para que “aterrice el avión”.
Sospechamos que se refieren o a un hidroavión o a un helicóptero. Pero no nos
detengamos. Esa parece ser la única preocupación del Estado. Tal vez ni
siquiera le preocupe lo que está sucediendo, sino no perder más petróleo. Eso
del medio ambiente lo dejaremos para la Cumbre Climática de diciembre,
en… Lima.
Para el 2 de julio esperaban en Cuninico a la Fiscalía del Medio
Ambiente, OSINERGMIN (Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y
Minería), y la Defensoría
del Pueblo. En Cuninico siguen esperando. No llegan (3 de julio, 8:00 a.m.).
¿Llegarán? Seamos decentes, si es que nos queda algo de honestidad, esto de los
derrames es una minucia. Mirarlo como uno o dos derrames por separado, que será
lo que pretende el Estado, es dejar todo como está. El asunto debe ser
englobado en una política de extracción de hidrocarburos en selva baja que no
cumple con los requisitos mínimos: ni ambientales, ni culturales, ni de
dignidad humana. Tan solo responde al capital, y ya sabemos que el capital
carece de corazón. De esta manera situamos lo sucedido en un contexto que
permita entender lo que ocurre.
Los Municipios son únicamente administradores, y bastante malos,
por cierto. Ahora estamos en campaña electoral. No podemos saber cómo se va a
desarrollar, puede que algún candidato en el distrito de Urarinas, hable de
“los derrames”, pero hasta ahí. Seguiremos escuchando de los candidatos
sandeces y estupideces. ¿Se va a incorporar al discurso regional? Estamos
seguros que no será así. Para decirlo claramente: en el bajo Marañón quienes
están preocupadas de estos temas son las organizaciones indígenas, y no todas.
SARAMURO: “transparencia informativa”
¿Alguien sabe lo que ha sucedido en la base de San José de
Saramuro? Pues no. No hay información verídica. Presumiblemente entre el 25 el
29 de junio algo ha pasado en la base de San José de Saramuro. ¿Nos lo dirán
algún día? No, no nos lo dirán. La transparencia informativa brilla por su
ausencia. Lo cierto es que parece haberse roto una válvula o el mismo
oleoducto, no podemos precisar más. Hasta el día 2 de julio varios grupos de
hombres han sido contratados para limpiar la “cocha inmensa de crudo” que se ha
derramado. La gente dice que sólo es en tierra. ¿Y cuando vengan las lluvias?
Hay gente que se contenta con el trabajo de limpieza. Les dan un
sueldo diario. En lugares donde la necesidad perentoria de dinero se hace
acuciante no es de extrañar. Sin embargo, el gran impacto de toda la actividad
de hidrocarburos en la cuenca del Marañón pasa desapercibido y quienes tienen
obligación de informar a la población y tranquilizarles, no hace su trabajo.
© Parroquia Santa Rita de Castilla, 2014. Tanques “propiedad” de
PetroPerú en la C.N. San José de Saramuro.
ALGUNOS APUNTES
- Con la
vaciante del río que se produce a fines de junio 2014, como todos los
años, comienza a salir el pescado de las cochas y a migrar río arriba:
“mijano”. ¿Surcará este año el mijano? Sospechamos que no. Se produce una
barrera biológica. ¿Cuál será el comportamiento del pescado? Biólogos hay
que nos lo tengan que explicar. El mijano no es ninguna broma.
- El
pueblo Kukama se comportaba tradicionalmente como el mijano: viajando de
un lugar para otro acompañado de sus “madres” (espíritus). Los colegios,
entre otros, han asentado a la población en comunidades. El aspecto
cultural implica muchos matices: hay personas que viven dentro del agua,
hay ciudades dentro del agua, hay espíritus, madres de los peces… Los
chamanes necesitan a todos estos seres para interpretar el mundo e
intervenir en él. ¿Qué soñarán las gentes del lugar? Todo esto es religión
kukama. Y quienes nos decimos religiosos debemos escuchar a Dios también a
través de otras religiones, en este caso religiones indígenas, lo que
llaman diálogo interreligioso, vamos.
- El
impacto económico en la comunidad de Cuninico será terrible. ¿De qué van a
vivir todos estos pescadores? Cuando una empresa rescinde el contrato a un
trabajador tiene que pagar unos derechos. ¿Quién paga los trabajos que
estos pescadores no van a poder realizar?
- El
oleoducto está en pésimas condiciones. El Estado ha abandonado,
irresponsablemente, por años sin término, su mantenimiento. Lo mínimo que
exigen estos tiempos, y plata hay en Perú para hacerlo, es monitorearlo
por un sistema computacional. No es posible que tenga que dar la voz de
alarma la comunidad de Cuninico para que recién aparezca el Estado. Esto
lo único que hace es poner en evidencia el total abandono por parte del
Estado: bien sea su dueño o su supervisor. No entramos ahora en esas
exquisiteces.
- Durante
años, Perúpetro ha entregado algunos cuadernos y lapiceros a los niños de
las comunidades por donde atraviesa el oleoducto. Esta actitud es
totalmente irresponsable. Algunas comunidades están reconocidas como comunidades
nativas y, a pesar de atravesar su territorio, no tienen derecho a ningún
tipo de derechos: compensación, servidumbre… (dejemos esto para los
abogados).
- La
situación de San José de Saramuro es totalmente irregular. Era un fundo
con algunas personas. Cuando las petroleras encuentran hidrocarburos
desplazan a la comunidad que se divide en dos: San José de Saramuro y
Saramurillo. Se pagan las chacras y se obliga a la gente a salir, incluso
a aquellos que no quieren, ni aunque les paguen.
- Hacia
1995, sin precisar mucho, ardió un tanque de almacenamiento en San José de
Saramuro. ¿Se compensó a la población? ¿Se ha hecho algo al respecto?
- Nueva
Alianza es una comunidad kukama que está situada en la boca del Urituyacu,
tres comunidades por encima de Cuninico. Nos dicen que los peces circulan por
la tubería. Es, pues, un indicio que el derrame es más que un punto:
Cuninico.
- La
ciudadanía está resquebrajada. Mientras no seamos todos ciudadanos de
primera categoría y se nos trate como tal, este tipo de situaciones no se
arreglarán. Ahora estará un par de días o incluso semanas en el candelero,
después pasará de nuevo al olvido.
- Hay
muchas más cosas, como la salud pública, pero la premura del tiempo no da
para más.
P. Miguel Ángel Cadenas
P. Manolo Berjón
Parroquia Santa Rita de Castilla
Río Marañón
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