04 marzo 2014

Una breve conversación con la hidrovía al fondo

P. Manolo Berjón
P. Miguel Ángel Cadenas

Para Tami

“Para entender lo que está pasando, es necesario tomar al pie de la letra la idea de Walter Benjamin, según el cual el capitalismo es, realmente, una religión, y la más feroz, implacable e irracional religión que jamás existió, porque no conoce ni redención ni tregua. Ella celebra un culto ininterrupto cuya liturgia es el trabajo y cuyo objeto es el dinero. Dios no murió, se tornó Dinero. El Banco –con sus funcionarios grises y especialistas– asumió el lugar de la Iglesia y de sus sacerdotes y, gobernando el crédito (incluso el crédito de los Estados, que dócilmente abdicaron de su soberanía), manipula y administra la fe –la escasa, incierta confianza– que nuestro tiempo todavía trae consigo. Además de eso, al hecho de que el capitalismo sea hoy una religión, nada lo muestra mejor que el título de un gran diario nacional (italiano) de hace algunos días atrás: “salvar el euro a cualquier precio”. Así es, “salvar” es un término religioso, pero ¿qué significa “a cualquier precio”? ¿Hasta el precio de “sacrificar” vidas humanas? Sólo en una perspectiva religiosa (o mejor, pseudo-religiosa) pueden ser hechas afirmaciones tan evidentemente absurdas e inhumanas”.
Entrevista con Giorgio AGAMBEN, Dios no murió, se transformó en dinero.

El Estado peruano ha desarrollado las “bases del concurso y el cuarto proyecto de contrato publicados” sobre la Hidrovía Amazónica, uno de cuyos ramales transcurre por el río Marañón. De momento no se ha consultado a los pueblos indígenas afectados. Habrá que esperar que el poder judicial admita a trámite una demanda constitucional interpuesta por este asunto y dirima después sobre la misma. Por mientras, funcionarios del Estado mantienen conversaciones, a diverso nivel, con la organización indígena ACODECOSPAT por este asunto, aunque dejando claro que el poder judicial se pronuncie sobre el derecho de consulta. Lo cierto es que el 5 de mayo de 2014 Proinversión adjudicará el proyecto Hidrovía Amazónica, con una inversión aproximada de US $ 74 millones y un plazo de concesión de 20 años. Así están las cosas.

Los indígenas se oponen al desarrollo, se escucha de vez en cuando. No están en los tiempos actuales, viven atrasados. Bueno, dicen de Albert Einstein que de joven tenía bastante dificultad de aprendizaje. Eso le llevó a jugar mucho tiempo con la misma pelota, cuando ya sus compañeros estaban en otra. Este “síndrome de Einstein” apela al tiempo, dedicar tiempo a las cosas, no apresurarse. Esto lo hace “inactual”. Pero es precisamente esta “inactualidad” la que proporcionó un genio de la talla de Einstein. Paciencia. Da la impresión que en esto de la hidrovía se corre demasiado, sin paciencia con los indígenas, ni con la naturaleza. Es esta “inactualidad” la que nos sirve para aclarar que las prisas no acarrean ningún avance. Lo que puede ser visto como un retroceso, ni avanzan, ni quieren avanzar, puede ser considerado como un gran salto. Ya sabemos que el capital tiene prisa, pero hay deudas históricas que pagar y posibilidades de un desarrollo “otro”. El manejo del tiempo en este asunto, como en todos, es fundamental. Los tiempos del capital no son los tiempos de los indígenas y no percibir esta asimetría nos llevará a imponer una visión sobre la otra. Y está claro: el capital quiere imponerse, como nueva religión.


Un segundo concepto clave que queremos aportar hoy es el “sufrimiento”. Preguntar quién sufre es una pregunta religiosa. Cómo acompañar a los que sufren. Cómo hacer más liviano el sufrimiento. Cómo hacer todo lo posible por desenmascarar a los que infligen sufrimientos innecesarios, en ocasiones en nombre de esa nueva religión llamada capital, es una tarea primordial para toda teología que se precie. Este tema ha sido acuñado como “memoria passionis”, memoria de la pasión, memoria del sufrimiento. Ante la víctima la única respuesta posible es la curación y, en la medida de lo posible, evitar la causa del sufrimiento. Pero no acaba todo ahí, comienza la inquietante pregunta de Job: ¿por qué? ¿Qué hacer con el ‘sufrimiento acumulado’? ¿Qué hacer con el sufrimiento de los vencidos? ¿Qué hacer con el sufrimiento de ‘los otros’? Los cristianos, por si fuera poco, nos enfrentamos al Misterio: ‘sufrir a Dios’, ‘sufrir delante de Dios’, ‘sufrir en la presencia de Dios’. Esto es diferente del sacrificio del que nos habla Agamben. ¿Cómo explicar este proyecto de Hidrovía Amazónica a las familias cuyos familiares, no estando ahogados, viven dentro del río? ¿Cómo explicarlo a familiares cuyos parientes se han ahogado?
© Parroquia Santa Rita de Castilla 2010.

Un último dato. Dice J. B. Metz que cuando se viene de Baviera (zona tradicionalmente católica alemana) se viene de muy lejos. Recogiendo esta provocación podemos añadir nosotros que viniendo de la vieja Castilla (región del centro de España) se viene de muy lejos, pero cuando se vive con pueblos indígenas amazónicos la distancia es aún mayor: son culturas milenarias. Y es esta “inactualidad” la que nos da que pensar. Desechar lo “inactual” puede echar por la borda al mismo Einstein.

No queremos extendernos más por hoy. Una amiga nos regaló una entrevista de Giorgio AGAMBEN, “porque sé que les gusta”. Y acertó, nos gusta y aprendemos de él. Como reciprocidad señalamos un autor que nos ha influido y del que, en esta ocasión, reseñamos la “inactualidad” y la “memoria passionis”: Juan Bautista METZ, un teólogo que nos da que pensar. No es el único. Si lo traemos a colación es porque tanto Agamben como Metz son especialistas en Walter BENJAMIN, el pensador judío que está detrás de ambos, que cargan con él en su espalda.

Y terminamos con un interrogante en los labios. No se trata de leer a los teóricos europeos para pensar a los pueblos indígenas. Al contrario, se trata de interrogar a los pensadores con las preguntas surgidas del mundo indígena, para retorcerlos (Viveiros de Castro). Pero eso será en otra ocasión.


P. Miguel Ángel Cadenas      
P. Manolo Berjón
Parroquia Santa Rita de Castilla                                                                             
Río Marañón

No hay comentarios:

Publicar un comentario