P. Manolo Berjón
P. Miguel Ángel Cadenas
Para Tami
“Para entender lo que está
pasando, es necesario tomar al pie de la letra la idea de Walter Benjamin,
según el cual el capitalismo es, realmente, una religión, y la más feroz,
implacable e irracional religión que jamás existió, porque no conoce ni
redención ni tregua. Ella celebra un culto ininterrupto cuya liturgia es el
trabajo y cuyo objeto es el dinero. Dios no murió, se tornó Dinero. El Banco
–con sus funcionarios grises y especialistas– asumió el lugar de la Iglesia y de sus
sacerdotes y, gobernando el crédito (incluso el crédito de los Estados, que
dócilmente abdicaron de su soberanía), manipula y administra la fe –la escasa,
incierta confianza– que nuestro tiempo todavía trae consigo. Además de eso, al
hecho de que el capitalismo sea hoy una religión, nada lo muestra mejor que el
título de un gran diario nacional (italiano) de hace algunos días atrás:
“salvar el euro a cualquier precio”. Así es, “salvar” es un término religioso,
pero ¿qué significa “a cualquier precio”? ¿Hasta el precio de “sacrificar”
vidas humanas? Sólo en una perspectiva religiosa (o mejor, pseudo-religiosa)
pueden ser hechas afirmaciones tan evidentemente absurdas e inhumanas”.
Entrevista con Giorgio AGAMBEN,
Dios no murió, se transformó en dinero.
El Estado
peruano ha desarrollado las “bases del concurso y el cuarto proyecto de
contrato publicados” sobre la Hidrovía Amazónica , uno de cuyos ramales transcurre
por el río Marañón. De momento no se ha consultado a los pueblos indígenas
afectados. Habrá que esperar que el poder judicial admita a trámite una demanda
constitucional interpuesta por este asunto y dirima después sobre la misma. Por
mientras, funcionarios del Estado mantienen conversaciones, a diverso nivel,
con la organización indígena ACODECOSPAT por este asunto, aunque dejando claro
que el poder judicial se pronuncie sobre el derecho de consulta. Lo cierto es
que el 5 de mayo de 2014 Proinversión adjudicará el proyecto Hidrovía Amazónica,
con una inversión aproximada de US $ 74 millones y un plazo de concesión de 20
años. Así están las cosas.
Los
indígenas se oponen al desarrollo, se escucha de vez en cuando. No están en los
tiempos actuales, viven atrasados. Bueno, dicen de Albert Einstein que de joven
tenía bastante dificultad de aprendizaje. Eso le llevó a jugar mucho tiempo con
la misma pelota, cuando ya sus compañeros estaban en otra. Este “síndrome de
Einstein” apela al tiempo, dedicar tiempo a las cosas, no apresurarse. Esto lo
hace “inactual”. Pero es precisamente esta “inactualidad” la que proporcionó un
genio de la talla de Einstein. Paciencia. Da la impresión que en esto de la
hidrovía se corre demasiado, sin paciencia con los indígenas, ni con la
naturaleza. Es esta “inactualidad” la que nos sirve para aclarar que las prisas
no acarrean ningún avance. Lo que puede ser visto como un retroceso, ni
avanzan, ni quieren avanzar, puede ser considerado como un gran salto. Ya
sabemos que el capital tiene prisa, pero hay deudas históricas que pagar y
posibilidades de un desarrollo “otro”. El manejo del tiempo en este asunto,
como en todos, es fundamental. Los tiempos del capital no son los tiempos de
los indígenas y no percibir esta asimetría nos llevará a imponer una visión
sobre la otra. Y está claro: el capital quiere imponerse, como nueva religión.
Un segundo
concepto clave que queremos aportar hoy es el “sufrimiento”. Preguntar quién
sufre es una pregunta religiosa. Cómo acompañar a los que sufren. Cómo hacer
más liviano el sufrimiento. Cómo hacer todo lo posible por desenmascarar a los
que infligen sufrimientos innecesarios, en ocasiones en nombre de esa nueva
religión llamada capital, es una tarea primordial para toda teología que se
precie. Este tema ha sido acuñado como “memoria
passionis”, memoria de la pasión, memoria del sufrimiento. Ante la víctima
la única respuesta posible es la curación y, en la medida de lo posible, evitar
la causa del sufrimiento. Pero no acaba todo ahí, comienza la inquietante pregunta
de Job: ¿por qué? ¿Qué hacer con el ‘sufrimiento acumulado’? ¿Qué hacer con el
sufrimiento de los vencidos? ¿Qué hacer con el sufrimiento de ‘los otros’? Los
cristianos, por si fuera poco, nos enfrentamos al Misterio: ‘sufrir a Dios’,
‘sufrir delante de Dios’, ‘sufrir en la presencia de Dios’. Esto es diferente
del sacrificio del que nos habla Agamben. ¿Cómo explicar este proyecto de
Hidrovía Amazónica a las familias cuyos familiares, no estando ahogados, viven
dentro del río? ¿Cómo explicarlo a familiares cuyos parientes se han ahogado?
© Parroquia Santa Rita de Castilla 2010.
Un último
dato. Dice J. B. Metz que cuando se viene de Baviera (zona tradicionalmente
católica alemana) se viene de muy lejos. Recogiendo esta provocación podemos
añadir nosotros que viniendo de la vieja Castilla (región del centro de España)
se viene de muy lejos, pero cuando se vive con pueblos indígenas amazónicos la
distancia es aún mayor: son culturas milenarias. Y es esta “inactualidad” la
que nos da que pensar. Desechar lo “inactual” puede echar por la borda al mismo
Einstein.
No queremos
extendernos más por hoy. Una amiga nos regaló una entrevista de Giorgio
AGAMBEN, “porque sé que les gusta”. Y acertó, nos gusta y aprendemos de él.
Como reciprocidad señalamos un autor que nos ha influido y del que, en esta
ocasión, reseñamos la “inactualidad” y la “memoria
passionis”: Juan Bautista METZ, un teólogo que nos da que pensar. No es el
único. Si lo traemos a colación es porque tanto Agamben como Metz son
especialistas en Walter BENJAMIN, el pensador judío que está detrás de ambos,
que cargan con él en su espalda.
Y terminamos
con un interrogante en los labios. No se trata de leer a los teóricos europeos
para pensar a los pueblos indígenas. Al contrario, se trata de interrogar a los
pensadores con las preguntas surgidas del mundo indígena, para retorcerlos
(Viveiros de Castro). Pero eso será en otra ocasión.
P. Miguel Ángel
Cadenas
P. Manolo
Berjón
Parroquia
Santa Rita de Castilla
Río Marañón
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