Juan de Valdés
Reproducimos
hoy parte del comentario de Juan de Valdés a Mateo 22, 37-40, en el Diálogo
de doctrina cristiana, una de las obras capitales del erasmismo español. Se trata de un libro conocido por
medio de un solo ejemplar editado en Alcalá de Henares en 1529. Durante algún
tiempo se atribuyó a su hermano Alfonso, pero Marcel Bataillon demostró de
manera inequívoca que era obra de Juan.
Estos dos mandamientos son tan conexos [el
amor a Dios y el amor al prójimo] y unidos, que es imposible que se guarde el
uno sin el otro, porque el que ama a Dios, conoce que la voluntad de Dios es
que ame a su prójimo, y como su deseo no sea otro sino agradar a Dios, luego
ama a su prójimo, y ni más ni menos cumple toda la ley de Dios. Verdaderamente
no sé cómo no tienen empacho unos hombres que, sin mostrar en toda su vida
señal de este amor, por no sé qué ceremonias y devociones que ellos se
inventan, se tienen por más que cristianos, y lo que más es de notar, y aun de
llorar en los tales, es que al que ven que no toma y adora sus frías y vanas
devociones, aunque este tal claramente viva conforme a la ley de Dios, no le
tienen por cristiano.
VALDÉS,
Juan de, Diálogo de doctrina cristiana,
Madrid, Editora Nacional, 1979, p. 67.
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