14 mayo 2013

Renovación del complejo parroquial

Fray José Souto (agustino)

Un fraternal saludo agustiniano:

Este comunicado ofrece información sobre las obras de reforma que la Orden Agustina va a realizar en el complejo parroquial. También, sobre las inconvenientes y las limitaciones que estas nos imponen en la pastoral y en la vida parroquial, en los próximos meses.

Obras en la parroquia: Después de seis años de haberlo solicitado, nuestros superiores han aprobado la actuación sobre la casa, el templo y los sótanos del complejo parroquial

La construcción de la parroquia comenzó hace ya más de treinta y cinco años. Fue motivada por la petición que el Cardenal Tarancón hizo a los agustinos. Nos invitó a que nos hiciéramos cargo de una parroquia en la periferia de Madrid, zona muy deficitaria, en aquel momento, en servicios y locales parroquiales. Eran los tiempos de la inmigración del campo a la ciudad y del desarrollo acelerado de las poblaciones del gran Madrid. Muchos sectores no tenían atención religiosa.

Los agustinos filipinos no contábamos entonces con ninguna parroquia en Madrid y pocas en España. Nuestro centro de apostolado radicaba en Filipinas y en Latinoamérica. Asumimos la invitación del Cardenal con la conciencia clara de que la Iglesia lo necesitaba y algo podríamos hacer. Se aceptó el compromiso de levantar una parroquia en algún lugar de la periferia. Lugar que, andando el tiempo, resultó ser la Consolación que hoy conocemos.

Tras los trámites, muchas vicisitudes y dificultades, la Orden afrontó la construcción del Centro Parroquial. Eran tiempos malos y los materiales de construcción empleados no fueron de buena calidad. Eso lo notamos hoy.

Deterioro y nuevas exigencias: Los años no han pasado en vano, antes bien, han dejado la huella del tiempo. El Complejo Parroquial se ha deteriorado, presenta daños estructurales, los materiales han envejecido… Además, el paso del tiempo ha creado nuevas necesidades y falta adecuación en algunos aspectos.

La decisión de las obras de reforma la tomaron nuestros superiores a petición de esta comunidad agustiniana de Móstoles que, tras una evaluación pormenorizada de la estructura y los servicios actuales pidió la actuación en todo el Complejo Parroquial.

Tenemos problemas con los pisos que están hundidos. Los tejados que hay que cambiar por imperativo legal y por su insuficiente aislamiento. Los sistemas de agua, calefacción y luz están al borde del colapso. La calefacción resulta costosa y poco eficiente, por sus largos recorridos y el deficiente aislamiento. Las ventanas son auténticos coladeros de aire. Los tejados y cubiertas, de una simple uralita y escayola, aumentan los costos del aire acondicionado y de la calefacción. La distribución de ambientes es mejorable. Además, los tiempos cambian y requieren nuevas infraestructuras y equipamiento adecuado.

Responsable de la reforma: El complejo parroquial es de la Orden Agustina, administrado por la Provincia de Filipinas. Los sacerdotes al servicio de la Parroquia somos todos agustinos y hemos elaborado el listado de necesidades y mejoras que presentamos a los superiores para su toma de decisión. Un arquitecto ha estado trabajando en los planos que ya están completados. La autorización para las obras corresponde a la Orden que nos lo ha comunicado hace unos meses. Los superiores han seleccionado la empresa constructora. La licencia Municipal  se ha demorado más de lo previsto por imponderables en la tramitación.

Financiamiento de la obra: Esta Comunidad Agustina de Móstoles no tiene medios para afrontar la obra. Los seis religiosos al servicio de la pastoral parroquial nos dedicamos a tiempo completo a esta labor, compaginada por los más jóvenes con el estudio. Sólo tres tenemos derecho a recibir una consideración económica a modo de remuneración. Hay además un ingreso por pensión no contributiva. Nuestros haberes no alcanzan la categoría de mileuristas. Es notorio que no tenemos capacidad para afrontar los costos de la obra. Pero, existe en nuestras normas un Fondo Común entre todas las casas que será el que corra con los gastos de la reforma.

Cronograma de actuaciones: En principio, las obras afectarán a la casa (mayo-junio), a la iglesia (julio-agosto) y al sótano (septiembre). Esperamos que estén concluidas a final de septiembre.

Consecuencias e inconvenientes: La parroquia es un servicio que no se puede suspender. Atención pastoral, liturgia, convivencia, servicios varios, especialmente el de Cáritas, tienen que seguir en pie superando las inevitables limitaciones e inconvenientes, respetando el ritmo de las obras y las necesidades básicas.

Las prioridades, durante este período, serán:

1.- Salvaguardar las necesidades básicas de la parroquia: misas, despachos, bautismos… Otras actividades no tan esenciales han finalizado o están a punto de terminar.

2.- Salvaguardar Cáritas, los alimentos; no así el ropero que quizá tenga que cerrar algunos días.

3.- Acomodarse al ritmo de las obras y a las limitaciones que suponen en ambientes, ruidos, inconvenientes varios…

4.- Tener en cuenta la limitación de personal (sacerdotes) que permanezcan en la parroquia. De momento, tres, pero en el futuro, dos y algunos días, uno…

Es obvio que las actividades tendrán que recortarse en algunos aspectos. De momento no tenemos capilla, las misas y actividades litúrgicas, incluso las visitas personales para orar, se realizarán, hasta julio, en la iglesia. Cuando esté en reforma, bajaremos al sótano.

Invitación: Afrontemos con buen ánimo estos inconvenientes y limitaciones. La meta es mejorar la infraestructura y tener en el futuro un servicio de la parroquia más dinámico. Es necesario y merece la pena. 

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