Un fraternal saludo agustiniano:
Este comunicado ofrece información sobre las obras de reforma que
la Orden Agustina va a realizar en el complejo parroquial. También, sobre las inconvenientes
y las limitaciones que estas nos imponen en la pastoral y en la vida parroquial,
en los próximos meses.
Obras en la parroquia: Después de
seis años de haberlo solicitado, nuestros superiores han aprobado la actuación
sobre la casa, el templo y los sótanos del complejo parroquial
La construcción de la parroquia comenzó hace ya más de treinta y
cinco años. Fue motivada por la petición que el Cardenal Tarancón hizo a los
agustinos. Nos invitó a que nos hiciéramos cargo de una parroquia en la periferia
de Madrid, zona muy deficitaria, en aquel momento, en servicios y locales
parroquiales. Eran los tiempos de la inmigración del campo a la ciudad y del
desarrollo acelerado de las poblaciones del gran Madrid. Muchos sectores no
tenían atención religiosa.
Los agustinos filipinos no contábamos entonces con ninguna
parroquia en Madrid y pocas en España. Nuestro centro de apostolado radicaba en
Filipinas y en Latinoamérica. Asumimos la invitación del Cardenal con la
conciencia clara de que la Iglesia lo necesitaba y algo podríamos hacer. Se aceptó
el compromiso de levantar una parroquia en algún lugar de la periferia. Lugar
que, andando el tiempo, resultó ser la Consolación que hoy conocemos.
Tras los trámites, muchas vicisitudes y dificultades, la Orden
afrontó la construcción del Centro Parroquial. Eran tiempos malos y los
materiales de construcción empleados no fueron de buena calidad. Eso lo notamos
hoy.
Deterioro y
nuevas exigencias: Los años no han
pasado en vano, antes bien, han dejado la huella del tiempo. El Complejo Parroquial
se ha deteriorado, presenta daños estructurales, los materiales han envejecido…
Además, el paso del tiempo ha creado nuevas necesidades y falta adecuación en
algunos aspectos.
La decisión de las obras de reforma la tomaron nuestros superiores
a petición de esta comunidad agustiniana de Móstoles que, tras una evaluación
pormenorizada de la estructura y los servicios actuales pidió la actuación en
todo el Complejo Parroquial.
Tenemos problemas con los pisos que están hundidos. Los tejados
que hay que cambiar por imperativo legal y por su insuficiente aislamiento. Los
sistemas de agua, calefacción y luz están al borde del colapso. La calefacción
resulta costosa y poco eficiente, por sus largos recorridos y el deficiente
aislamiento. Las ventanas son auténticos coladeros de aire. Los tejados y
cubiertas, de una simple uralita y escayola, aumentan los costos del aire
acondicionado y de la calefacción. La distribución de ambientes es mejorable.
Además, los tiempos cambian y requieren nuevas infraestructuras y equipamiento
adecuado.
Responsable
de la reforma: El complejo
parroquial es de la Orden Agustina,
administrado por la Provincia de Filipinas. Los sacerdotes al servicio de la Parroquia
somos todos agustinos y hemos elaborado el listado de necesidades y mejoras que
presentamos a los superiores para su toma de decisión. Un arquitecto ha estado
trabajando en los planos que ya están completados. La autorización para las
obras corresponde a la Orden que nos lo ha comunicado hace unos meses. Los
superiores han seleccionado la empresa constructora. La licencia Municipal se ha demorado más de lo previsto por
imponderables en la tramitación.
Financiamiento
de la obra: Esta Comunidad
Agustina de Móstoles no tiene medios para afrontar la obra. Los seis religiosos
al servicio de la pastoral parroquial nos dedicamos a tiempo completo a esta
labor, compaginada por los más jóvenes con el estudio. Sólo tres tenemos
derecho a recibir una consideración económica a modo de remuneración. Hay
además un ingreso por pensión no contributiva. Nuestros haberes no alcanzan la
categoría de mileuristas. Es notorio que no tenemos capacidad para afrontar los
costos de la obra. Pero, existe en nuestras normas un Fondo Común entre todas
las casas que será el que corra con los gastos de la reforma.
Cronograma
de actuaciones: En
principio, las obras afectarán a la casa (mayo-junio), a la iglesia
(julio-agosto) y al sótano (septiembre). Esperamos que estén concluidas a final
de septiembre.
Consecuencias
e inconvenientes: La parroquia
es un servicio que no se puede suspender. Atención pastoral, liturgia,
convivencia, servicios varios, especialmente el de Cáritas, tienen que seguir
en pie superando las inevitables limitaciones e inconvenientes, respetando el
ritmo de las obras y las necesidades básicas.
Las prioridades, durante este período, serán:
1.- Salvaguardar las necesidades básicas de la parroquia: misas,
despachos, bautismos… Otras actividades no tan esenciales han finalizado o
están a punto de terminar.
2.- Salvaguardar Cáritas, los alimentos; no así el ropero que
quizá tenga que cerrar algunos días.
3.- Acomodarse al ritmo de las obras y a las limitaciones que
suponen en ambientes, ruidos, inconvenientes varios…
4.- Tener en cuenta la limitación de personal (sacerdotes) que permanezcan
en la parroquia. De momento, tres, pero en el futuro, dos y algunos días, uno…
Es obvio que las actividades tendrán que recortarse en algunos
aspectos. De momento no tenemos capilla, las misas y actividades litúrgicas,
incluso las visitas personales para orar, se realizarán, hasta julio, en la iglesia.
Cuando esté en reforma, bajaremos al sótano.
Invitación: Afrontemos con buen ánimo estos
inconvenientes y limitaciones. La meta es mejorar la infraestructura y tener en
el futuro un servicio de la parroquia más dinámico. Es necesario y merece la
pena.
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