Pablo VI
Señor, Dios de la paz, Tu que
creaste a los hombres para ser herederos de tu gloria. Te bendecimos y
agradecemos porque nos enviaste a Jesús, tu hijo muy amado. Tu hiciste de Él,
en el misterio de su Pascua, el realizador de nuestra salvación, la fuente de
toda paz, el lazo de toda fraternidad. Te agradecemos por los deseos, esfuerzos
y realizaciones que tu Espíritu de paz suscitó en nuestros días, para sustituir
el odio por el amor, la desconfianza por la comprensión, la indiferencia por la
solidaridad. Abre todavía más nuestro espíritu y nuestro corazón para las
exigencias concretas del amor a todos nuestros hermanos, para que seamos, cada
vez más, artífices de la PAZ. Acuérdate, oh Padre, de todos los que luchan,
sufren y mueren para el nacimiento de un mundo más fraterno. Que para los
hombres de todas las razas y lenguas venga tu Reino de justicia, paz y amor.
Amen.
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