A siete días del comienzo de la JMJ en Brasil, nos unimos a los jóvenes en la oración.
¡Oh Padre! enviaste a Tu Hijo Eterno para salvar el mundo y elegiste
hombres y mujeres para que, por Él, con Él y en Él proclamaran la Buena Noticia
a todas las naciones. Concede las gracias necesarias para que brille en el
rostro de todos los jóvenes la alegría de ser, por la fuerza del Espíritu, los
evangelizadores que la Iglesia necesita en el Tercer Milenio.
¡Oh Cristo! Redentor de la humanidad, Tu imagen de brazos abiertos en la cumbre
del Corcovado acoge a todos los pueblos. En Tu ofrecimiento pascual, nos
condujiste por medio del Espíritu Santo al encuentro filial con el Padre. Los
jóvenes, que se alimentan de la Eucaristía, Te oyen en la Palabra y Te
encuentran en el hermano, necesitan Tu infinita misericordia para recorrer los
caminos del mundo como discípulos misioneros de la nueva evangelización.
¡Oh Espíritu Santo! Amor del Padre y del Hijo, con el esplendor de Tu Verdad y
con el fuego de Tu amor, envía Tu Luz sobre todos los jóvenes para que,
impulsados por la Jornada Mundial de la Juventud, lleven a los cuatros rincones
del mundo la fe, la esperanza y la caridad, convirtiéndose en grandes
constructores de la cultura de la vida y de la paz y los protagonistas de un
nuevo mundo.
Amén
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