Señor, que siempre estemos atentos a las necesidades del otro, abiertos a ofrecer nuestra ayuda a quienes sufren, que nunca miremos a otro lado, cuando un hermano precise de nosotros y así, de ese modo, los pobres, los enfermos, los marginados... puedan ver el rostro de la Misericordia de Dios en nosotros.
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