El 26
de marzo de 2000, durante una visita a Israel, el papa Juan Pablo II, cuya
canonización se anuncia próxima, en un gesto tan emotivo como elocuente, depositó esta oración en el Kotel, el Muro Occidental del Templo. Desde aquí nos unimos a ella y expresamos nuestro deseo de fraternidad con el pueblo de la Alianza.
Dios de nuestros padres, tú has elegido a Abraham y a su descendencia para que tu Nombre fuera dado a conocer a las naciones: nos duele profundamente el comportamiento de cuantos, en el curso de la historia, han hecho sufrir a estos tus hijos; y, a la vez que te pedimos perdón, queremos comprometernos en una auténtica fraternidad con el pueblo de la Alianza. Por Cristo Nuestro Señor:
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