Hoy celebramos en la Iglesia la Jornada de Responsabilidad en el Tráfico a fin de reflexionar sobre la necesidad y obligación de ser prudentes, tanto para proteger nuestra vida y la de los nuestros, como para ser respetuosos con la vida del hermano, don valioso de Dios. Nos unimos, pues, desde aquí, con todos en oración para encomendarnos a la protección y el cuidado del Padre
Comisión Episcopal de Migraciones
Departamento de Pastoral de la Carretera
ORACIÓN
Dame, Señor,
mano firme y mirada vigilante, para que mientras conduzco no cause
daño a
nadie.
A ti, Señor,
que das la vida y la conservas, te suplico humildemente que guardes hoy la mía.
Libra,
Señor, a quienes me acompañan de todo mal, enfermedad, incendio o accidente.
Enséñame a
hacer uso de mi coche para remedio de las necesidades ajenas.
Haz, Señor,
que no me arrastre el vértigo de la velocidad, y que, admirando la belleza de
este
mundo, logre
seguir y terminar felizmente mi camino.
Te lo pido,
Señor, por los méritos de tu santísima Madre, la Virgen del Camino, y por la
intercesión de san Cristóbal, especial protector de los conductores. Amén.
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