Hoy celebramos la solemnidad de Nuestra Señora de la Consolación, patrona de los padres agustinos. Con este motivo, incluimos un bello poema de alabanza a Nuestra Madre, escrito en el siglo XVI por el también sacerdote, además de escritor, Félix Lope de Vega y Carpio.
Lope de Vega
Cantando el Verbo divino
Un alto tan soberano,
Como de Dios voz y mano,
A ser contrabajo vino,
Bajando hasta el punto humano;
Que aunque es de sus pies el suelo
El serafín de más vuelo
Y el más levantado trono,
Bajó por la tierra el tono
Hoy la música del cielo.
Una Virgen no tocada
Toca con destreza tanta
El arpa de David santa,
Como la tiene abrazada,
Que adonde el infierno espanta,
Dos puntos solos tocó,
El bajo y el alto juntó,
Que, como en una pregunta
Con un Sí Dios y hombre junta,
En dos puntos se cifró.
De un fiat comienza el Fa,
De su obediencia y su fe,
Vió Dios el Mi, siendo el Re
Rey, y reparó que en La
Virgen estrella Sol fue.
Pero después que nació,
Cifrada en dos puntos vio
La tierra por su consuelo,
El armonía del cielo,
Sol y La que le parió.
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