09 diciembre 2013

San José de Samiria. "Daños colaterales" de la Reserva Nacional Pacaya Samiria. (RNPS) IV

Miguel Ángel Cadenas
Manolo Berjón

Santa Clara es una pequeña comunidad nativa kukama situada en el distrito de Parinari, provincia de Loreto, asentada en el río Marañón, a espaldas del río Samiria. Celebran como su fecha de fundación el 17 de diciembre de 1978. Son familias provenientes de las comunidades al interior del río Samiria, cuando “han sido invitados a salir de la Reserva”, antes de que entrara la policía y el ejército para desalojar “a los que no supieron hacer caso”. En la actualidad cuenta con 93 habitantes.

Por ser una comunidad pequeña la defensa de su territorio no es sencilla. Con la vecina comunidad de Mundial llegaron a un acuerdo por el que ambas se comprometieron a respetar a las personas que tienen chacra en la comunidad colindante, pero han tomado la decisión que en los próximos años cada comunero hará chacra en su propio territorio. Tienen que soportar que algunos vecinos de Santa Rita de Castilla (SRC) mantengan chacra en su comunidad y no es tan fácil desalojarlos puesto que en SRC hace tiempo que no hay terreno para hacer chacra, teniendo que invadir el territorio de las comunidades vecinas.


Los límites de Santa Clara lindan con Nueva Arica, San Martín del Tipishca y Mundial, con raya de por medio en un plano. El resto del territorio lo marca el río, como frontera natural. Santa Clara en los últimos años ha tenido que reubicarse en varias oportunidades por motivo del barranco, en estos momentos existe una gran playa, en tiempos de vaciante, que les hace difícil el acceso al agua en periodo estival.

© Parroquia Santa Rita de Castilla, comuneros de Santa Clara llegando de la chacra, 2010.

La vecina comunidad nativa de Leoncio Prado es casi cinco veces más grande, 440 habitantes. En ella están asentados algunos comerciantes importantes en la zona. Posee Posta Médica y colegio de secundaria. También en los últimos años han tenido que lidiar con el barranco. Como Leoncio Prado comparte isla con la comunidad nativa de Fortuna y el barranco ha ido comiendo la isla, se han ido quedando sin territorio. Lo curioso del asunto es que el río Marañón ha comido parte de Leoncio Prado y ha dejado barro en el área contigua a Santa Clara, con un caño de por medio: caño que conecta el Marañón con el Samiria.

En noviembre 2012 los comuneros de Leoncio Prado se comprometieron a pagar S/. 30.00 ($US 10 aprox.) después de la cosecha por sembrar en el territorio de Santa Clara. Así consta en el libro de actas de esta última comunidad. Tácitamente están reconociendo el derecho de Santa Clara sobre ese barreal. Pero de los dieciocho comuneros de Leoncio Prado involucrados en esta situación tan solo tres han cancelado su deuda del 2012, el 2013 nadie ha cancelado todavía. Se presume que no lo harán. Lógicamente los comuneros de Santa Clara están molestos y han invitado a una reunión en su comunidad a los comuneros de Leoncio Prado con las autoridades distritales de SRC. Reunión a la que no han asistido.

Los comuneros de Leoncio Prado involucrados en esta situación dicen haber consultado a los funcionarios del SERNANP (Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas) si tienen obligación de pagar esa cuota. Dichos funcionarios les han comunicado que el territorio es del Estado y, por tanto, no les deben cobrar. El involucramiento de funcionarios del SERNANP en la disputa desbarata los acuerdos. ¿Puede el SERNANP inmiscuirse en asuntos de las comunidades nativas? Por si fuera necesario, recordamos que el derecho del pueblo kukama sobre su territorio es muy anterior a la creación de la RNPS, con varios cientos de años de por medio. Por aquello del “derecho consuetudinario” los acuerdos entre comunidades son leyes para ellos que deben ser respetadas, para instrucción del SERNANP.

Los problemas de límites en las comunidades están siendo un asunto nuevo. Antes también existían, pero no parecía importar mucho, era más bien un asunto individual o familiar. Ahora son las comunidades las involucradas. Por citar algunos casos en disputa: Lisboa y Libertad del Choroyacu, San Juan de Lagunillas y Santa Isabel de Yumbaturo, San Miguel y San José de Samiria, Leoncio Prado y Fortuna, Rocafuerte y San Roque, Rocafuerte y Ollanta (límite entre distritos), Concordia y Puerto Lima, Concordia y Berlín, San José de Saramuro y California, Maypuco y San Antonio, Nueva Alianza y Chanchamayo. Por citar unos pocos casos nada más. Las comunidades pertenecen a los distritos de Nauta, Parinari y Urarinas, provincia de Loreto. Algunas de ellas están dentro de la RNPS y la mayoría en su área de amortiguamiento.

Detrás de todo esto suele haber disputas en torno a la madera: capinurí, lupuna… En situaciones de empobrecimiento, por deseo de adquirir nuevos bienes de consumo, que no soporta el ecosistema, el nivel de agresividad está aumentando en torno al territorio. A esto podemos añadir que en lugares como SRC se importan pollos de Yurimaguas, muchos días no hay nada que comer y las familias prefieren comprar menudencias de pollo, sólo unos pocos pueden comer la carne. De igual manera, en pocos años se ha ido viendo cómo se incrementa la venta de huevos en las tiendas.

¿Titular comunidades? La comunidad nativa de Bello Horizonte, distrito de Nauta, provincia de Loreto, posee título de propiedad, pero al caprichoso Marañón no le importó comérsela. Poseen el papel, el territorio está en medio del río. Han tenido que solicitar un espacio en la comunidad nativa de Lisboa para poder hacer su caserío. La titulación de comunidades, con GPS de por medio, lejos de disminuir las tensiones, las aumentará, al tiempo. Es una locura establecer límites fijos, pequeñitos, demarcados por GPS, en un “territorio móvil(-volatil)”, por el barranco. Si le unimos la urgencia de conseguir dinero para sobrevivir, que presiona sobre los recursos, conllevará una defensa más violenta del espacio entre comunidades. Dicho sea de paso, las comunidades poseen relaciones de sangre, matrimoniales, de compadrazgo, entre otros. Insistimos machaconamente: hay que titular grandes espacios, el territorio ancestral del pueblo kukama, su territorio integral (o al menos varios “territorios intregrales kukama”: la RNPS, el Nanay…, sin dejar por eso de pensar en los kukama de las ciudades).

Regresando a Santa Clara. Los comuneros de Leoncio Prado afirman: “no me vas a cobrar por utilizar mi patio”. Lo que anteriormente fue el patio de su casa se lo comió el Marañón. A medida que el apetito del río le obligaba a tragar más tierra de la comunidad de Leoncio Prado fue depositando barro en Santa Clara. Barreal que ahora reclaman como “mi patio”. Santa Clara, con buen criterio, avala su petición con un acuerdo firmado en libro de actas. Y las actas firmadas libremente se convierten en leyes en las comunidades nativas, leyes que deben ser respetadas. Mientras la RNPS mantenga una política de no asentamiento de comunidades al interior de la misma, no tendrá solución este complejo problema que puede reventar en forma de brujería, entre otros posibles estallidos. Una válvula de escape, con gran sufrimiento para las familias indígenas, es la migración en busca de un trabajo, habitualmente mal remunerado, en Lima o en ciudades costeras, siguiendo el despegue económico peruano.

© Parroquia Santa Rita de Castilla, 2012. Baño en la comunidad de Santa Clara, perteneciente al proyecto de agua y desagüe. Lo primero que se ve llegando a la comunidad, no son las casas, son los baños. El arquitecto que los diseñó merece un premio: se hace acreedor de una gorra para tapar su mollera. Los tubos, por cierto, están malogrados desde el primer día, no hay desnivel.


Postdata: La reunión convocada por la comunidad de Santa Clara se llevó a cabo el 16 de octubre de 2013. Como queda indicado, sólo asistieron a la convocatoria los miembros del equipo parroquial. Seguramente las autoridades de SRC no quieren indisponerse con la comunidad de Leoncio Prado, casi cinco veces más grande. Y los comuneros de Leoncio Prado, estimulados por los consejos de funcionarios del SERNANP, sintieron la fuerza necesaria para obviar la plasmación de su firma en el libro de actas de la comunidad de Santa Clara, que ya no piensan cumplir. Como anécdota: al día siguiente, 17 de octubre de 2013, se jugó un partido de fútbol entre muchachos de ambas comunidades, en Leoncio Prado. Un joven de Santa Clara tuvo que ser evacuado a Iquitos por rotura de hueso. No conviene precipitarse en sacar conclusiones, la anécdota está traída para ver la relación entre comunidades vecinas.


Santa Rita de Castilla, octubre 2013 

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