Francisco Javier Bernad Morales
Jerónimo
de Praga (1378-1416) fue un estrecho colaborador y amigo de Jan Hus a quien
conoció en la universidad. Hombre muy activo y de temperamento inquieto, tras
iniciar sus estudios en la capital bohema, marchó en 1398 a Inglaterra, donde
los amplió en la universidad de Oxford. Allí tuvo ocasión de entrar en contacto
con las ideas de Wyclif, cuyos tratados llevó en su regreso a Bohemia, donde
hasta entonces parece que tan solo habían sido conocidos a través de extractos
y comentarios. En años sucesivos visitó las universidades de París, Colonia,
Heidelberg y Viena, en las que expuso sus convicciones reformistas. Viajó en
1403 a Jerusalén y en 1413 a Rusia y Lituania. A su regreso a Praga, cuando Hus
ya estaba encarcelado en Constanza, propuso a Jakoubek de Stríbo[1]
la necesidad de que los laicos comulgaran bajo las dos especies (sub utraque specie). Tras una consulta a
Hus, quien manifestó su acuerdo, esta forma de recibir la Eucaristía se
convirtió en una seña distintiva del movimiento reformador, por lo que sus
seguidores recibieron la denominación de utraquistas.
Deseoso
de permanecer junto a su amigo y aún con la esperanza de que este fuera puesto
en libertad, marchó a Constanza, pero pronto comprendió que nada podía hacer
por ayudarle y que su propia vida estaba en peligro, por lo decidió huir con
intención de refugiarse en Bohemia. No logró su propósito, pues el 20 de abril
de 1415 fue arrestado en Hirschau y conducido de nuevo a la ciudad suiza en la
que permaneció encarcelado a la espera de comparecer ante el concilio, algo que
hizo entre el 11 y el 23 de septiembre (Hus había sido quemado el 6 de julio).
Tuvo entonces un momento de flaqueza, en el que se retractó de cuanto había
defendido y aceptó como justa la condena de Hus. No bastó esto para que
obtuviera la libertad, y en prisión se sintió atormentado por los
remordimientos, hasta el punto de que solicitó una nueva comparecencia, que le
fue concedida en mayo de 1416. En ella de desdijo de sus anteriores
declaraciones y afirmó que su mayor pecado había sido renegar de Hus. Condenado
como hereje, el 30 de mayo de 1416 fue quemado en la hoguera en el mismo lugar
en que había sido muerto su amigo.
Su
comportamiento llegó a impresionar a
muchos dignatarios religiosos, que lamentaron su obstinación. Un
humanista italiano, Poggio Bracciolini, testigo de sus últimos momentos, sobrecogido por su temple heroico, escribió:
Sócratres bebió la copa del veneno con menos
valor que aquel con que Jerónimo aceptó la muerte por el fuego[2].
Las
muertes de Jan Hus y de Jerónimo de Praga suscitaron las protestas de una parte
de la nobleza checa y de la universidad de Praga, para quienes se trataba de
hombres justos y buenos cristianos; en tanto que entre los sectores populares
se extendía la admiración por ambos mártires. La herejía, lejos de extinguirse,
se convertía en un movimiento imparable, que tres años más tarde estallaría en
abierta rebeldía y daría lugar a una larga guerra.
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