Jesús, Dios de la Vida, buen pastor que nos acompañas y nos guías, condúcenos al Reino del Padre.
Tu eres el buen pastor,
que cuida y protege su rebaño, que no lo deja solo en la adversidad, que lo acompaña siempre.
Tu eres el buen pastor,
que siente compasión, que le preocupa la vida de los otros, que sufre con el dolor y la injusticia.
Tu eres el buen pastor,
que alimentas nuestra vida, que nos llevas a abrevar con agua viva, que nos das resguardo y abrigo.
Tu eres el buen pastor,
que conoces nuestras esperanzas, que nos muestras el camino, que nos alientas en la marcha.
Tu eres el buen pastor,
que nos reúne y convoca, que hace crecer la comunidad, que nos enseña la fraternidad real.
Jesús, Señor de la historia,
buen pastor, con tu Espíritu conduces a la humanidad por las huellas del Reino de Vida.
Enséñanos a acompañar,
a caminar al lado y no adelante, a escuchar y hacer silencio, a abrir los brazos para acercar y unir.
Ayúdanos a descubrir
los dolores y sufrimientos de hoy, ¡rebélanos contra la injusticia y la exclusión que da muerte!
Alienta nuestro compromiso
por las necesidades vitales de todos. Fortalece nuestra lucha para que todos tengan trabajo y dignidad.
Haznos saborear
los pequeños pasos del día a día. Ilumina nuestros horizontes acrecienta nuestra sed de utopía.
Muéstranos el camino compartido,
sostiene el espíritu comunitario, enséñanos a caminar unidos, buenos pastores, los unos de los otros. |
29 abril 2012
El buen pastor
Marcelo A. Murúa
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