17 diciembre 2011

Equilibrio personal y paz interior: amor y autoestima

Carmen Sáez Gutiérrez

Recensión publicada en Estudio Agustiniano

ESPARZA ENCINA, MICHEL. Amor y autoestima. Ed. Rialp. Madrid: 2009, 12x19, 277pp.

Michel Esparza, médico por la Universidad de Lovaina, doctor en Filosofía por la Universidad de la Santa Cruz en Roma y sacerdote en ejercicio, nos introduce en un tema trascendental para alcanzar el equilibrio personal y la paz interior: el amor y la autoestima. Como ya anunciaba San Agustín sin la actitud primera de aprecio por uno mismo, consciente de las propias limitaciones, no es posible el amor a los demás, de ahí se deriva la importancia de adoptar una aproximación humilde, despojada de todo orgullo y realista, al conocimiento personal de uno mismo, otorgándose la estima necesaria para, de esta forma, adquirir una auténtica capacidad de amar a los semejantes. El orgullo y la soberbia deben dejar paso a un afecto generoso hacia el prójimo, reflejo del Amor que Dios nos ofrece. Esto, que a primera vista, parece un ejercicio puramente psicológico es algo mucho más profundo que solamente puede llevarse a término desde una conversión sincera, reconociendo el Amor infinito de Dios hacia los hombres. Sentir la experiencia de la Misericordia divina conduce a establecer una comunicación con Él, exenta de humillaciones y orgullo, una relación liberadora que lleva a la convicción de saberse amado tal como uno es, y consecuentemente a la conversión permanente, que nace de ese sentimiento.
Se trata de un ensayo que nos descubre el auténtico camino de la felicidad propia, desarrollando actitudes que contribuyen a la de los demás, y de esta forma colaborando en el Plan Salvífico de Dios.
El libro se dirige a cristianos que quieren avanzar en su capacidad de amar, pero también y de manera especial a aquellas personas insatisfechas que se desalientan con sus limitaciones, pues la vivencia del Amor de Dios sana todas las heridas y conduce a la plenitud.
Es una obra fundamentalmente reflexiva que expresa con claridad el mensaje de liberación que significa sentirse querido por Dios.

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