En la audiencia general de hoy, 30 de septiembre, el Papa Francisco nos ha recordado que la sociedad antes de la pandemia ya estaba enferma de injusticia y desigualdad, entregada a un modelo de desarrollo atento a la rentabilidad a corto plazo e indiferente ante los problemas sociales y ambientales que aquel pueda generar; y nos ha exhortado a "diseñar sistemas de organización social en los que se premie la participación, el cuidado y la generosidad, en vez de la indiferencia, la explotación y los intereses particulares".
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