San Ambrosio de Milán
Oh, Señor,
que tienes
misericordia de todos,
quita de mí
mis pecados,
y
misericordiosamente enciende en mí
el fuego de
tu Espíritu Santo.
Quita de mí
el corazón de piedra,
y dame un
corazón de carne,
un corazón
para amarte y adorarte,
un corazón
para deleitarse en Ti,
para
seguirte y disfrutar de Ti.
En el nombre
de Cristo.
Amén.
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