26 julio 2012

El “verdadero” significado de la Escritura


San Agustín

El núcleo de todo lo que hemos dicho desde que hemos empezado a tratar de las “cosas” divinas es esto: comprender que la plenitud y el fin de la ley y de todas las divinas Escrituras es el amor por aquello que se nos ordena de gozar y por aquello que junto a nosotros puede gozar del objeto que amamos; por lo que se refiere al amor a nosotros mismos, no hay necesidad de mandatos (…).
Por tanto, el que cree haber comprendido las divinas Escrituras, o una parte de ellas, si mediante tal comprensión no consigue levantar el edificio de este doble amor, de Dios y del prójimo, todavía no las ha comprendido”.


La doctrina cristiana I, 35

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