Cuando llegó la plenitud de los Tiempos, nace Jesús, es Dios que viene a nuestro encuentro, para hablar como hombre a los hombres, porque Jesús es el Rostro de Dios. "Quién me ve a Mi, ve al Padre’’. Gracias a Jesús conocemos el Camino que debemos seguir. Jesús nos ha traído a Dios y con Él, la Verdad sobre nuestro origen y nuestro destino. Con Jesús, el Amor y la Compasión se revelan a la humanidad, y es que Dios ama de una manera especial a los pecadores, solo tenemos que leer los Evangelios, o como dice St. Pablo, ‘’donde abunda el pecado, sobreabunda el Amor Misericordioso de Dios. Dios se revela como Dios Amor, como el Dios Vivo. Cuando St. Francisco se convirtió y tuvo la experiencia del amor de Dios, para romper con su pasado de pecado, se despojó de sus vestidos, y desnudo en medio de la plaza pública, gritaba, "el Amor no es amado’’. El Amor no es amado, por eso el Mundo se muere por falta de amor. El hombre ha arrinconado, despreciado, odiado o simplemente ignorado a Dios, que es el Amor. Y el hombre no puede vivir sin el amor de Dios. Nuestro corazón que ha sido creado para el Amor, debería ser capaz de guardar y gustad de la dulzura del amor sublime de Dios. Dios no quiere la muerte del pecador, antes quiere que seamos salvados, que volvamos a El y vivamos. Dios quiere que residamos en Él, y Él en nosotros, pero el ateismo, el odio, el satanismo, los abortos, la codicia del poder y del dinero, la injusticia, el laicismo, la apostasía, la homosexualidad, nos lo impiden. Y es que nos quieren hacer creer, en esta lucha contra Dios, que el Bien es mal, y que el mal es bien.
Si Dios es Amor, ¿por qué hay hambre en el Mundo? ¿Qué hace Dios? Dios solo multiplica el pan, (multiplicación de panes y peces), pero solo porque el pueblo busca a Dios, por eso Jesús nos dice, ‘’no solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios, o sea de escucharLe y obedecerLe’’ Hay un pasaje en el A.T., que a mí siempre me ha llamado la atención, (Ex.15, 26) en el que Dios dice, que si escucháramos y cumpliéramos, si meditáramos y guardásemos todos Sus preceptos, no nos faltaría el pan de cada día, ni habría guerras, ni injusticias y Dios sería nuestro sanador. ¿No cargó Jesús en la Cruz con nuestro pecado, nuestras miserias y nuestras enfermedades? Pero la falta de fe impide que Dios pueda actuar. En la Cruz se cumple la promesa que Dios Padre hizo a Adán y Eva. Cristo vence a Satanás, le aplasta la cabeza. El sacrificio de Jesús en la Cruz, es el acto de amor más grande de Dios Padre, para con el hombre. Con Su Sangre, Jesús, lava nuestro pecado y restablece nuestra amistad, nuestra filiación y nuestra herencia del Reino. Santa Teresita del Niño Jesús, decía, ‘’ Amar es darlo todo y darse uno mismo’’ Y esto es lo que ha hecho Dios, para cada uno de nosotros, al darnos a Su Hijo Unigénito y Este dar Su Vida por cada uno de nosotros. Jesús nos dice, ‘’ no hay amor más grande que dar la vida por sus amigos’’. El Amor de Cristo nos apremia. Si, el Amor de Cristo nos apremia, a que nos dejemos amar por Él, a que nos dejemos sanar por El, liberar por El, nos solicita a una nueva Vida, junto a El, nos invita al banquete de Su Amor porque quiere llenar nuestro corazón de Su Inmenso Amor, y seamos Amor en medio de los hombres, nuestros hermanos, Sus Hijos.
Jesús vino a salvar, liberar al hombre completo, cuerpo, alma y espíritu. Y esta salvación y liberación se perpetúan en la Misa, hasta el final del Mundo. En ella no hay derramamiento de sangre, pero siempre tiene el mismo Valor. Dios al conocer nuestras flaquezas, debilidades y necesidades, inventa la Eucaristía, para que podamos comerLo cada día y así alimentarnos con Su Cuerpo, Su Sangre, Su Alma y Su Divinidad, y poder tener vida en Él y vida abundante. Vida que compartiremos con Él, en el Cielo, por toda la eternidad.
No me parece que deban incluirse en un mismo saco elementos tan dispares como el odio, el satanismo, el aborto o la homosexualidad. El odio o el satanismo corrompen por completo; en cuanto al aborto hemos de tener en cuenta las circunstancias que pueden empujar a una mujer a tomar una decisión tan dolorosa; la homosexualidad, esto es, la atracción sexual por personas del mismo sexo, obedece a causas complejas que no alcanzo a dilucidar, pero no me parece un mal en sí misma. Que lo sea dependerá en todo caso de la forma en que se manifieste. Por último, al hablar de laicismo, hemos de aclarar a que nos referimos. Si se trata de la hostilidad del Estado hacia la religión me parece condenable; pero si con este término aludimos a la separación entre Iglesia y Estado, opino que es una conquista democrática irrenunciable. Por último, me parece necesario añadir que los cristianos debemos adaptarnos a vivir en una sociedad laica, en la que los valores que inspiran nuestra conducta personal no tienen y ni siquiera deben informar la legislación positiva. Aceptemos que somos una minoría y actuemos con nuestro testimonio como levadura, pero no busquemos la connivencia del poder.
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