De manera simultánea nos llegan imágenes desgarradoras de Afganistán y Haití. En un caso la guerra y la intolerancia y en otro los desastres naturales sumados a una gravísima crisis política; en ambos, la pobreza y también la angustia ante un futuro incierto y amenazador. Gentes que buscan desesperadamente un modo de escapar al terror o que remueven escombros en busca de sus familiares o amigos. Personas que han perdido no solo sus a pertenencias, a menudo tan escasas, sino también sus proyectos de vida. Debemos acompañarlos con nuestras oraciones y hacerlos sentir nuestra cercanía. Hemos de hacer nuestras las palabras que hoy, día 17, ha publicado en twitter el Papa Francisco: "Dios no viene a librarnos de los problemas, que siempre surgen, sino a salvarnos del verdadero problema: la falta de amor. Esta es la causa profunda de nuestros males personales, internacionales y ambientales. Pensar en uno mismo es el padre de todos los males". Pensemos, pues, en los demás y extendamos nuestra mano acogedora hacia las víctimas.
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