21 febrero 2025

Los agustinos en la Amazonía (y 2)

Víctor Lozano Roldán OSA, director de la Biblioteca Amazónica de Iquitos

El hermano Víctor Lozano concluye su artículo sobre la presencia de la Orden de San Agustín en la Amazonía con una mirada al tiempo actual.

Pero la pregunta sigue en pie: ¿Qué han hecho los agustinos en la selva del Perú? A los 125 años de aquel 1º de marzo, nadie podrá desvincular la historia del Vicariato de Iquitos del elemento religioso aportado por los agustinos y por la Iglesia aquí creada, unas veces de forma armónica y otras conflictiva, pero casi siempre en profunda simbiosis con esta tierra y esta gente. Imposible enumerar siquiera en los escasos minutos que me quedan, las gestas de religiosos, religiosas y laicos, regadas casi siempre con sangre, sudor y lágrimas. No se pretenden aplausos ni se buscan medallas, porque bien sabemos que también hubo errores, deficiencias y deslealtades, por no haber sido fieles al hombre amazónico y al espacio específico que habita -también al evangelio- pero, aunque algunos guarden anécdotas negativas, cualquiera puede ver que es mucho más lo positivo. La historia recogida y publicada habla de más de 150 agustinos que aquí dejaron toda o parte de sus vidas, sin olvidar, por supuesto, a las congregaciones religiosas y a los sacerdotes diocesanos que, desde 1920, se han ido incorporando hasta la actualidad y que han tomado el remo junto a nosotros.

Con una población que fue en aumento, los agustinos fueron creando desde el rudo trabajo y la precariedad, junto a congregaciones religiosas y laicos, toda una red de instituciones eclesiales. Aun sabiendo que dejaré fuera muchos esfuerzos y realidades, solo mencionaré las más significativas: 24 parroquias con sus correspondientes locales y comunidades cristianas, hoy atendidas por 22 párrocos, además del Seminario Amazónico y el Diaconado Permanente, actualmente en etapa de formación. Infinidad de capillas ribereñas con sus animadores y comunidades. Junto a la plaza de armas, se alza el Centro de Pastoral con sus oficinas de Catequesis, Derechos Humanos, ODEC, Vicaria del agua y el EVAP, entre otras. Proyectos sociales como la célebre Cooperativa de Fátima, Cáritas Iquitos, Asesoría legal, Hogar de menores, Hogar de la Niña, el Huambrillo y, recientemente, las plantas de oxígeno durante la pandemia Covid. En educación, los Colegios S. Agustín y N. Sra. de Loreto de Nauta, más cinco Colegios parroquiales, siete Centros educativos ocupacionales, un laureado internado en Intuto y un CEBA en Nauta. En el aspecto espiritual, el Monasterio de clausura La Inmaculada y San José y los centros de retiros Kanatari, Tagaste, Casiciaco en Nauta e Ikua Uka en S. Rita. En el plano cultural hay que citar instituciones emblemáticas como el CETA, que a su vez fue origen de la Biblioteca Amazónica, el I.S.Pedagógico Loreto, el Coro Polifónico, el Irapay, las Ferias del libro, los premios Páucar y los Concursos y Conversatorios de todo tipo, entre otros. En cuanto a la divulgación periodística, merecen ser destacadas las revistas El Buen Consejo, Verdades Cristianas, Surcando, la revista trimestral Shupihui y el semanario Kanatari, con sus notables números especiales, actualmente ya digitalizado. No podemos olvidarnos de la célebre y celebrada Monumenta Amazónica con 45 tomos publicados, además de las decenas de libros que salieron de la factoría CETA, como las varias ediciones de Así es la Selva o Perfiles Históricos de la Amazonía Peruana. Han dejado una huella imborrable en Iquitos, visionarios constructores como Angel Pastor, animado-res culturales como Joaquín García, investigadores de talla como Lucas Espinosa, Avencio Villarejo o Victor Jesús San Román. De pedagogos, pastores, y misioneros mejor no hablo porque la lista sería muy larga. También recios obispos de remo y canoa, siempre con las botas puestas. Finalmente, cómo olvidarnos de Radio la Voz de la Selva, antes Radio Mariana, de Radio Ucamara de Nauta y el célebre CENCCA de Nauta, que formó y preparó durante años a promotores de salud, mecánica, agronomía y carpintería, además de los animadores para las comunidades cristianas de los ríos, germen todos ellos de un liderazgo florecido en muchas de las actuales organizaciones sociales.


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