El primer paso en la búsqueda de la verdad es la humildad. El segundo, la humildad. el tercero, la humildad. Y el último, la humildad.
Naturalmente, eso no significa "que la humildad sea la única virtud necesaria para el hallazgo y disfrute de la verdad. Pero si las demás virtudes no van precedidas, acompañadas y seguidas por la humildad, la soberbia se abrirá paso entre ellas y, más pronto o más tarde, acabará destruyendo sus buenas intenciones. Epíst. 118, 3, 22
Si no eres capaz de comprender, por estar aún en plumones, ten paciencia hasta que tus alas cobren vigor. No sea que, pretendiendo volar antes de tiempo, el aura de tu libertad se convierta en desempeño de tu temeridad. Serm. 117, 17
Es preferible ser pequeño, pero sano, como Zaqueo, que grande, pero hinchado, como Golliat.
De bon. conj. 23
La humildad debe ser proporcional a la grandeza. Cuanto más alto se encuentra uno, tanto más desastrosa puede ser su caída. De sanc. virg. 31
No te asustes de los soberbios y pagados de sí mismos que, cual torrentes de invierno, van haciendo ruido por el mundo. Son como el agua de deshielo que irrumpe contra las peñas. Pasado el invierno, desaparecen. todo se les va en ruidos y amenazas, pero, tras deslizarse fugazmente, no dejan rastro. In ps. 57, 16
El soberbio es como hierba que crece en los tejados. Está muy alta, pero no tiene raíz. Y se seca antes incluso de ser arrancada. In ps. 128, 11
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