El 8 de octubre de 1565 alcanzaba el puerto de Acapulco una flota dirigida por el fraile agustino Andrés de Urdaneta. Atrás quedaban cuatro meses de navegación a través del océano Pacífico desde que el 1 de junio habían abandonado Manila. Quedaba así abierta la ruta entre las Filipinas y Nueva España, por medio de la cual, aquellas lejanas islas quedaban vinculadas a las Indias y a la metrópoli. Urdaneta, que tras una juventud aventurera en la que había circunnavegado el mundo tras partir en la expedición de Jofre de Loaysa, había profesado a los cuarenta y cinco años en la orden de San Agustín, pero a petición del rey Felipe II abandonó el convento para marchar a Filipinas junto a Miguel López de Legazpi, con el encargo de descubrir el camino de regreso desde allí a Nueva España. Gracias a su preparación científica y a su amplia experiencia, intuyó que navegando hacia el norte encontraría vientos y corrientes favorables.
Si desean tener un conocimiento más amplio de la vida y obra de uno de los más grandes navegantes de la historia, les recomendamos que vean el vídeo El secreto de Urdaneta.
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