Papa Francisco
Padre de misericordia,
que has entregado a tu Hijo por nuestra salvación y nos sostienes continuamente
con los dones de tu Espíritu, concédenos comunidades cristianas vivas,
fervorosas y alegres, que sean fuentes de vida fraterna y que despierten entre los
jóvenes el deseo de consagrarse a Ti y a la evangelización.
Sostenlas en el empeño de
proponer a los jóvenes una adecuada catequesis vocacional y caminos de especial
consagración. Dales sabiduría para el necesario discernimiento de las
vocaciones de modo que en todo brille la grandeza de tu amor misericordioso.
Que María, Madre y
educadora de Jesús, interceda por cada una de las comunidades cristianas, para
que, hechas fecundas por el Espíritu Santo, sean fuente de auténticas
vocaciones al servicio del pueblo santo de Dios.
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