Ante la condena a veintiséis años de cárcel del arzobispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, elevamos nuestras oraciones por su pronta liberación y expresamos nuestro apoyo a la iglesia perseguida de Nicaragua, así como a todos los deportados, a quienes deseamos que en breve puedan retornar a su país en libertad.
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