La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que en la actualidad 785 millones de personas no tienen garantizado el acceso a agua potable, en tanto que una cuarta parte de la población mundial solo dispone de agua contaminada. Para hacer frente a esta situación, cuyas dramáticas consecuencias sanitarias no precisan explicaciones, el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral ha puesto en marcha el proyecto WASH (acrónimo de acceso al agua potable, el saneamiento y la higiene), con la finalidad de sensibilizar a la comunidad internacional a fin de que este recurso indispensable llegue a todos.
En el artículo que enlazamos, Thaddeus Jones, recoge el testimonio de la hermana Bibiane Bokamba, de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, sobre el desarrollo de un proyecto concreto en Masanga (Tanzania).
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