Ayer, 3 de octubre, el papa Francisco firmó en Asís su tercera encíclica. Titulada Fratelli tutti (Hermanos todos), se trata de una carta de carácter profundamente social, inspirada desde su mismo título en san Francisco de Asís, a quien el papa se refiere como el santo "del amor fraterno, de la sencillez y de la alegría", que invita a un "amor más allá de las barreras de la geografía y del espacio". Bajo esta inspiración, Francisco desarrolla una reflexión sobre los problemas de un mundo dominado por el egoísmo, en el que el afán de ganancias a corto plazo hace olvidar el bien común y en el que los débiles sufren el desempleo, el racismo, la pobreza y la explotación sexual. Frente a este desolador panorama, nos recuerda que estamos hechos para el amor y nos invita a reconocer a Cristo en el rostro de los excluidos.
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