La terrible situación que estamos viviendo no debe hacernos olvidar las tragedias que causan la miseria, la corrupción y el fanatismo en tantos lugares. Son males crónicos que permanecen enquistados durante decenios y a los que generalmente los medios de comunicación no prestan toda la atención que su gravedad demanda. Frente a tentaciones egoístas, debemos tener presente que todos formamos parte de una misma humanidad y, como solemos decir, aunque en ocasiones nuestro comportamiento haga dudar de la sinceridad de nuestras palabras, todos somos hermanos.
En este artículo, Vatican News nos recuerda una de las muchas tragedias que ya casi han desaparecido de los noticiarios:
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