23 diciembre 2012

John Henry Newman y el ecumenismo

Francisco Javier Bernad Morales

John Henry Newman publicó en julio de 1841, cuatro años antes de unirse a la Iglesia Católica, un breve ensayo titulado El juicio privado. En él reflexiona sobre la lectura de la Escritura y concluye que esta debe hacerse bajo la guía de un maestro. Al respecto aduce diversos ejemplos, como el del ministro etíope al que instruye el apóstol Felipe sobre la interpretación de Isaías. Pero su gran preocupación es la relación entre anglicanos y católicos. Vive un momento de incertidumbre y su mente se debate entre dudas. Ambas iglesias son muy similares y no ve razón para abandonar una y seguir otra. La disputa entre ambas no atañe a la doctrina, y Newman la compara a la que enfrentó a San Pablo con San Pedro en Antioquía. Las dos son depositarias de grandes virtudes, pero a su vez les acechan graves peligros: el cisma en el caso anglicano, la idolatría en el católico. Sin embargo, en el momento final se diría que censura con mayor dureza a los anglicanos, a quienes acusa de comportarse de manera arrogante con los seguidores de otras confesiones, en particular con los ortodoxos griegos y los católicos romanos[1]. El texto finaliza con un llamamiento a la unidad de los cristianos:

Todo el que desea la unidad y reza por ella, que busca aumentarla, da testimonio de ella y se comporta cristianamente con los miembros de las Iglesias distintas de la nuestra, que está en amistad con ellas (cumpliendo con su deber para con su propia comunión y para con la verdad), que intenta instruirlas mientras al mismo tiempo se instruye él y su gente, puede muy bien ser considerado -en lo que a él concierne- como alguien que rompe el muro de la división y renueva los antiguos lazos de unión y concordia mediante la fuerza de la caridad. La caridad lo puede todo por nosotros, es a la vez un espíritu de celo y de paz; por caridad protestaremos debidamente contra lo que nuestro juicio privado nos permite condenar en otros; y por caridad está en nuestras propias manos, por mucho que se opongan todos los hombres, restaurar en nuestro círculo la intercomunión de las iglesias.” (Ensayos críticos e históricos, Madrid, Encuentro, 2009, vol 2, p. 296)




[1] Newman, antes de su conversión, consideraba que la Iglesia Anglicana es católica al igual que la Romana

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