15 marzo 2013

La renuncia del Papa en territorio kukama



P. Miguel Ángel Cadenas
P. Manolo Berjón                                         


“Ustedes saben que los gobernantes de las naciones actúan como dictadores
y los que ocupan cargos abusan de su autoridad.
Pero no será así entre ustedes.
Al contrario, el que entre ustedes quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes,
Y si alguno de ustedes quiere ser el primero entre ustedes, que se haga esclavo de todos”.
(Mt 20, 25-28)


Benedicto XVI ha dado su penúltima lección a los que tienen poder y se apegan a él hasta el último minuto. Hay quienes estando gravemente enfermos se han presentado a las elecciones y las han ganado, aunque ya no han podido jurar su cargo y se han muerto por el camino. Benedicto ha dicho: no. No quiero que otras personas gobiernen la Iglesia en mi nombre mientras yo estoy disminuyendo. Mejor elijan otro papa que les pueda gobernar y yo me dedico a rezar. Gran humildad, enorme valentía y una lección de desapego al poder digna de tener en cuenta. Bien podrían aprender todos esos tiranuelos que en el mundo son, han sido y serán.

Pero no todos opinan así. El poder es para ejercerlo hasta el final. Hay quienes van más lejos todavía y han visto en la renuncia una gran debilidad. Quienes así interpretan entienden la debilidad como algo negativo, no poder. No es la única manera de entender la debilidad. Para los cristianos, Dios se despoja de todo para ser gente como nosotros, adoptando la debilidad: kénosis en griego. Kénosis que termina en la exaltación de Jesús por parte de Dios.


© Parroquia Santa Rita de Castilla – Río Marañón // Grupo de Animadores Cristianos, marzo 2012

En el bajo Marañón los pentecostales han visto en la renuncia del papa debilidad como no poder. Para ellos ‘el papa ha sido vencido por el diablo’. Ya no merece la pena ser católico puesto que el papa ha renunciado, no tiene poder. Lo interesante de este planteamiento, sin fundamento bíblico, es lo que trasluce de pensamiento indígena.

Para los kukama el poder está relacionado con la fuerza y la debilidad es la ‘carencia de fuerza y de poder’. En pueblos tradicionalmente guerreros presentarse como débil implica apuntarse a perdedor. De ahí la importancia de la fuerza. Pero existen otras dos acepciones de debilidad que merecen la pena recogerse. La primera se traduce literalmente como ‘corazón no caliente’ para indicar falta de valentía, coraje. Y la segunda ‘no denso’, ‘no concentrado’, ‘no espeso’, o en positivo, licuado, diluido. Con este trasfondo es fácil imaginar que muchos kukama no entiendan el porqué de una decisión tan evangélica y valiente.

Las batallas que libran los indígenas no son únicamente contra el Estado o contra compañías petroleras, madereras y demás. También incluye una batalla cósmica. El mundo indígena está poblado de espíritus, algunos buenos y otros malos. Asociarse con los buenos espíritus es imprescindible para tener una vida buena. Pero no estamos ajenos a los ataques de los malos espíritus. Esta batalla cósmica la trasladan al cristianismo para, poniendo nombre al mal y al enemigo, luchar contra Satanás, el diablo, el demonio o como queramos denominarlo. En su haber, dándoles sostén, la cosmología bíblica también está poblada de ángeles y demonios. (Una cosmología bíblica que en ocasiones a los occidentales nos deja perplejos). En muchas de las predicaciones kukama pentecostales gran parte del tiempo se dedica al diablo como el enemigo. En ocasiones los católicos también somos catalogados como diablos y el papa es nuestro jefe. Pero en esta oportunidad el papa no es el diablo sino alguien débil que ha sido derrotado, que ha perdido su batalla contra el mal, contra el demonio. O dicho en palabras sencillas: ‘ha sido vencido por el diablo’. Por eso, para estos mismos pentecostales, ya no merece ser católico, son débiles, su papa se ha retirado, ha perdido la batalla contra el mal, contra Satanás.

Es interesante este planteamiento que está elaborado a partir de la experiencia del chamanismo. Un chamán débil fácilmente es vencido, sus seguidores le abandonarán. Le pueden matar o incluso aparcar como si fuera un trasto viejo. Los grandes chamanes, los buenos chamanes, no se retiran, ni capitulan, ni renuncian. Los grandes chamanes kukama no atraviesan la muerte, se van a vivir a las cochas para protegerlas. Un poderoso chamán trabajará con algún heredero al que habrá dejado su poder, mientras él se retira a la cocha. Siempre queda la explicación posible que él se retira y deja a uno en la comunidad con el que va a trabajar.

Benedicto XVI ha pronunciado su penúltima lección, no ha sido comprendida por todos, no solo entre los pueblos indígenas, al interior de la iglesia no ha faltado quien le ha tildado de ‘bajarse de la cruz’, pero nosotros somos de los que pensamos que ha dado un paso trascendental que bien mereciera la pena tenerse en cuenta por tantas personas que se atribuyen el cargo hasta la muerte, a veces por su ineptitud, en ocasiones por su afán desmesurado de poder.


P. Miguel Ángel Cadenas
P. Manolo Berjón                                         
Parroquia Santa Rita de Castilla  
Río Marañón

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