21 febrero 2016

Conviértete hoy, no lo dejes para mañana

San Agustin
"EI Señor es compasivo y benevolente, magnánimo y lleno de misericordia", (Sal. 102,8). ¿Quién hay tan magnánimo como él? ¿Quién tan misericordioso? Pecamos y vivimos; acumulamos pecados y se nos prolonga la vida; se blasfema contra él a diario y hace salir el sol sobre buenos y malos (Mt/05/45).
Así, pues, Dios perdonándote en su paciencia te lleva a la penitencia; pero ira aparecerá de repente si tú continúas con la cantinela de cada día: "El día de hoy llega a su fin; mañana volveré a ser como hoy, pues aún no es el último día", y así el día siguiente. Hermano, no tardes en convertirte al Señor. (/Si/05/04-07).
Hay quienes piensan en la conversión, pero la difieren de un día para otro; es la voz del cuervo: "cras, cras", (mañana, mañana). El cuervo enviado desde el arca no regresó (Gn. 8,7). Dios no desea la dilación simbolizada en la voz del cuervo, sino la confesión figurada en el gemido de la paloma. La paloma fue enviada y regresó. ¿Hasta cuándo durará el "cras, cras" (mañana, mañana)? Piensa en el último mañana; como ignoras cuál ha de ser, bástete el haber vivido como pecador hasta hoy. Ya lo oíste y sueles oírlo frecuentemente; también hoy has vuelto a oírlo; al diario oírlo correspondes con un diario no corregirte. Pues "tú conforme a la dureza de tu corazón y a tu corazón impenitente, atesoras ira para el día de la ira y de la manifestación del justo juicio de Dios que recompensará a cada uno de acuerdo con sus obras" (/Rm/02/05-06). No pienses que la misericordia de Dios anula en él la justicia. El Señor es compasivo y benevolente. Lo escucho y me llena de gozo el que digas eso; escucha y continúa tu gozo, porque todavía añadió: magnánimo y lleno de misericordia; mas para acabar dijo. Y veraz. Si te llenaban de gozo aquellas palabras, infúndante temor estas últimas. La misericordia y magnanimidad del Señor no excluyen el que sea veraz. Al estar atesorando ira para el día de la ira, con desprecio de su benignidad, ¿no vas a experimentar su justicia?
San Agustín
Comentario Salmo 102



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